San Mamés es favorito hoy para ser sede de la Eurocopa 2020

Salvo mayúscula sorpresa, San Mamés será elegido hoy en Ginebra sede española de la Eurocopa 2020. Bilbao ha pujado fuerte y unida para que la UEFA otorgue el merecido premio a su espectacular estadio, cuyas prestaciones superan de largo las de muchos de los propuestos para la primera fase del torneo. Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Vasco y Athletic están desde ayer en Suiza cargados de optimismo. También Ángel Villar, empeñado en que su ciudad disfrute de otro evento de selecciones 38 años después del Mundial 82.

Sorprendió a todos que el Consejo Superior de Deportes no se haya sumado a la expedición. Su presidente, Miguel Cardenal, no ha acudido “por motivos de agenda”.

El último informe de la UEFA sobre San Mamés, en agosto, ha elevado mucho la puntuación del estadio, que además ha dejado boquiabiertos por su hermosura y posibilidades a los delegados de los partidos de Champions ante Nápoles y Shakhtar.

El aeropuerto. Apenas sacó pegas a un asunto subsanable, la dimensión de los puestos de prensa en la tribuna y la zona mixta. Hay espacio para adecuarlo. Las pegas sobre Bilbao hablan de su ajustada capacidad hotelera y de las vías de comunicación. El aeropuerto de Loiu cierra de noche. Habría que negociarlo, pero existen otros cercanos que perfectamente podrían servir de lanzadera. Si Bilbao siembra dudas, qué decir de algunas sedes del Mundial de Brasil.

De los diecinueve candidatos, seis se quedarán sin Eurocopa. Bilbao espera estar en la foto que se hará hoy con los designados pasada la una. Allí estarán el director de Deportes del Gobierno Vasco, Jon Redondo, el director del gabinete de la Alcaldía, Andoni Aldekoa, y el secretario general del Athletic, Juan Ignacio Añibarro. Cuesta creer que, simplemente por capacidad, instalaciones y otros inconvenientes de infraestructuras, ciudades como Minsk, Sofía, Skopje o Jerusalén sean rivales para Bilbao. San Mamés es, de los 17 que aspiran a los primeros partidos, el octavo con mayor aforo.

Otra decisión de calado será la de nombrar el estadio para la final de un torneo organizado en trece países para conmemorar el sesenta aniversario de la UEFA, en una feliz y brillante idea de Michel Platini. El Allianz Arena de Múnich y Wembley son indiscutibles. La ventaja del campo londinense es que tiene 20.500 espectadores más.