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Juicio a la era Laporta

Josep Maria Bartomeu naufraga en un día de cara a la galería

El presidente, que acudió como representante de la parte actora, no recordó ni un contrato y se remitió a la declaración de Faus ante la desesperación de la parte contraria.

Bartomeu resistió como pudo el interrogatorio de los abogados de los demandados.
Bartomeu resistió como pudo el interrogatorio de los abogados de los demandados. EFE
ATLAS

La primera jornada del juicio de acción de responsabilidad social contra Joan Laporta y 16 de sus directivos fue un homenaje a la Prensa, un ejercicio de cara a la galería y un preludio mediático de lo que será una causa que se dirimirá de verdad cuando comparezcan los peritos de ambas partes para hacer la autopsia de las cuentas en cuestión. En un pleito que debería ser meramente técnico, la propaganda le pudo a los números.

Ante tal paisaje, el juez Manuel Martínez Borrego trató de cortar los debates morales (“ustedes quieren llevar esta causa a la esfera moral cuando es un tema técnico”, dijo) aferrándose al recurrente estribillo de “pregunta impertinente” cada vez que los abogados de los demandados, que no imputados al ser un procedimiento civil, llevaban el interrogatorio al presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, al terreno moral recordando que aquí pagarán justos por pecadores.

Lograron su objetivo los defensores de los 17 directivos porque Bartomeu naufragó ante las preguntas de los letrados de la defensa que le acorralaron en innumerables ocasiones. El presidente del Barça, que acudió como representante de la parte actora, no recordó ni un contrato y se remitió a la declaración de hoy de Javier Faus ante la desesperación de la parte contraria, que llegó a preguntar en alto “¿para qué le hemos citado?” y le recriminó que “no había hecho los deberes”. Si la actitud de Bartomeu fue una estrategia o realmente no tenía conocimiento de nada sobre los contratos de Mediapro, Sogecable, la demanda contra Baena o los traspasos de Henry y Touré se verá a lo largo de las sesiones que restan.

Pero para la historia del barcelonismo quedarán frases antológicas, como la de Bartomeu: “Pregúntenme generalidades, pero de fútbol lo que sea” o la del abogado de Alfons Castro, que pronunció: “A Henry lo vendieron sin su firma como si fuera un kilo de garbanzos, la diferencia es que Henry puede opinar y los garbanzos, cuando los vendes, no dicen nada”.

Dos horas y cuarto estuvo el presidente del Barça haciendo un esfuerzo por no recordar nada, amparándose en que las decisiones económicas no le correspondían y utilizando a Faus como parapeto, lo que llevó a un abogado a replicar: “Es curioso que usted, que es economista nos remita a Faus, que es abogado, para hablar de números”. Fuegos artificiales.