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ATHLETIC 3-NÁPOLES 1

San Mamés es de Champions

El Athletic estará en el sorteo de Nyon tras remontar el 0-1 del Nápoles con dos goles de Aduriz y otro de Ibai. Espectacular ambiente que llevó el volandas al equipo de Valverde.

Los jugadores del Athletic de Bilbao celebran la clasificación del equipo para la Liga de Campeones
Los jugadores del Athletic de Bilbao celebran la clasificación del equipo para la Liga de CampeonesLUIS TEJIDOEFE
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Merecidísimo. El Athletic sudó tinta china para meterse por la puerta grande en la Champions League, pero lo hizo con heroicidad y toda justicia. Se merendó al Nápoles cuando se le había puesto todo cuesta arriba, con un mazazo de Hamsik nada más salir del descanso. Fue una remontada de ensueño, de las que jamás se olvidan, con un escenario magno, un San Mamés que llevó en volandas a los de Valverde cuando más lo necesitaban.

Con un modelo único, que por ejemplo llevó a Txingurri a hacer debutar al juvenil Unai López en la mediapunta cuando estaba el césped para hombres, el Athletic vuelve a la Liga de Campeones 16 años después. Y con el fortín que tiene, dará que hablar. La victoria ante los de Rafa Benítez, a quien le estalló en la cara la probeta de la especulación, es la muestra que este club aún es competitivo, por más que Javi Martínez, Llorente y Herrera tomasen las de Villadiego.

El partido fue desde el principio una guerra de nervios, para corazones fuertes. Como se esperaba, el Athletic trató de llevar la iniciativa y el Nápoles esperó los errores rojiblancos, siempre intentando lanzar a Higuaín. La consigna era no exponer, había tanto en juego… Poco a poco, los de Valverde fueron cogiendo el sitio, intentando percutir por la derecha, ya que a Muniain le tenían echado el lazo.

Sólo se atisbaba el gol en una acción a balón parado. Y ahí tuvieron los leones la primera clara del encuentro, en un balón al segundo palo que Laporte, con todo a favor menos su pierna mala, mandó a las nubes. Benítez no ordenaba salir, era pronto, y confiaba en que el paso de los minutos se convirtiese más en agobio para los locales que para su escuadra, también atenazada por el imponente escenario. La llegada al descanso parecía buena, el tiempo corría a favor de los rojiblancos, que tuvieron en Iturraspe al mariscal de la pasada campaña. No me extraña que se pegue por él todo el continente. Pero es león para tiempo.

Sin embargo, todo se puso a favor de los napolitanos en la primera acción de la segunda parte. Balenziaga despejó un balón de cabeza al centro y Hamsik, con esa gran zurda que tiene, batió a Iraizoz con un disparo ajustado al palo. El Athletic estaba contra las cuerdas.

El propio Balenziaga trató de redimirse con un zurdazo que hizo lucirse a Rafael, pero la carga de la caballería local llegó con la entrada de Ibai y la posterior de Unai López.

Valverde atinó con los cambios y la tropa de Benítez se tragó una acción de estrategia. Buena les espera. Gurpegui hizo una pantalla en un córner para que Aduriz, con una frialdad que infarto a la grada, mandase a las mallas el balón de oxígeno.

El Nápoles se echó a temblar. Y el 2-1 fue buena muestra de ello. Peleó Aduriz con ese espíritu troyano que tiene el esférico de la Champions y se fue hacia la red con la puerta vacía. San Mamés rugió como dos San Paolos. Y quedaba el remate, ya con Unai López tirando espuelas en el campo. El de Renteria metió un balón interior que parecía destinado a Aduriz, en fuera de juego, y allá que se fue un bilbaíno, Ibai Gómez, para embocar el 3-1. Fue el éxtasis.

Higuaín trató de tirar del carro, pero los italianos ya eran un esperpento. Iturraspe sacó la magia y Rico el motor que nunca falla. El Athletic está otra vez en la Copa de Europa para dar más alegrías. La de anoche ya es memorable.