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Mundial 2014

Hubo 120 detenidos durante la fiesta celebrada en Argentina

Después de algunos enfrentamientos de aficionados pacíficos con los violentos para que desistieran en su actitud, la Policía usó cargas con porras y gases lacrimógenos.

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INCIDENTES. Un sector de la afición empezó a lanzar objetos a la Policía que trató de dispersarlos y tuvo que cargar contra la minoría que provocó algunos saqueos.
INCIDENTES. Un sector de la afición empezó a lanzar objetos a la Policía que trató de dispersarlos y tuvo que cargar contra la minoría que provocó algunos saqueos.

En Argentina el fútbol es lo más importante de las cosas más importantes. Todo se vive y todos viven por y para el fútbol. Por eso, porque sus jugadores lo dieron todo y perdieron con la frente alta ante Alemania, miles de aficionados tomaron la Plaza de la República rodeando el famoso Obelisco para celebrar el subcampeonato del mundo y haber quedado por delante de Brasil. Lo que era una fiesta emocionante con familias enteras, grupos de adolescentes y gente de bien acabó reventada por un grupo de incontrolados que se enfrentaron a la Policía y acabaron asaltando y saqueando bares y comercios.

Habían pasado tres horas de la conclusión de la final, seguían acudiendo aficionados en un goteo incesante, cuando un grupo de aficionados pertenecientes a la barra brava de varios equipos, empezaron a tirar piedras y botellas de vidrio a la Policía. Las fuerzas del seguridad tardaron en recibir la orden de reducirles, pero en cuanto les llegó vaciaron la plaza del Obelisco en cuestión de cuarto de hora y los aficionados pacíficos (la inmensa mayoría) se fueron rápido por la Avenida 9 de julio hacia sus casas.

Después de algunos enfrentamientos de aficionados pacíficos con los violentos para que desistieran en su actitud, la Policía tiró de chorros de agua a presión, cargas con porras y gases lacrimógenos para reducir a los insurgentes que arrasaron con todos los locales de la zona buscando bebidas alcohólicas en unos casos y destruir por destruir, en otros. La Policía tardó casi una hora en controlar la situación. Hubo 120 personas detenidas y 70 heridos.

Las celebraciones se sucedieron por las principales ciudades del país, pero donde se registraron los incidentes más graves fue en Buenos Aires. La celebración fue truncada por esos violentos que, en su mayoría, fueron detenidos.