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Los debutantes del Mundial

Héctor Herrera se despidió de Brasil para tristeza de Rosarito

En su ciudad de Baja California se crió como un talento silencioso. Eclosión: fue clave en el equipo olímpico mexicano que alcanzó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos.

Héctor Herrera se despidió de Brasil para tristeza de Rosarito

México cayó y con él Héctor Herrera (Rosarito, 1990), el mejor jugador de la selección azteca durante el Mundial. La zancada, la forma de ocupar campo y la llegada desde segunda línea definen a este futbolista del Oporto que con la selección ha encontrado el protagonismo que le faltó en su primera temporada en el fútbol europeo. Tiene razones México para ser optimista con él. Antes del torneo parecía que no tendría muchas opciones de ser titular, pero la lesión de Montes y el bajón de Peña le abrieron la titularidad como interior del equipo.

Herrera es un tipo que habla en el campo, pues fuera es extremadamente silencioso. Siempre fue así. El zorro nació en la calle Ébano, en la Colonia Magisterial, de la ciudad bajacaliforniana de Rosarito. Empezó jugando al fútbol siete en el equipo Plan Libertador y después lo hizo en el Emiliano Zapata. Después, como suele suceder, tuvo que probar fortuna lejos de casa, más concretamente en el centro del país. Militó en el Cuautla, en tercera división, y de ahí le rescató el Pachuca, uno de los clubes importantes de México, para hacerle jugar en su filial. Pronto destacó por su capacidad de multiplicarse en los partidos y debutó en la élite en un partido ante Santos Laguna.

Sin embargo su eclosión se produjo con el equipo olímpico que logró el oro. Fue un jugador fundamental en el torneo de esperanzas de Toulon y después en el clasificatorio y en los JJ OO de Londres. Enseguida se supo que había jugador en él. El Oporto lo fichó y Rosarito lo erigió en un ídolo. Ayer, cuando por fin se había asentado en la selección absoluta, a su ciudad natal le tocó llorar. No merecía México un final así. Mucho menos lo merecía su paisano.

El Oporto pagó 8 millones por él

El Oporto fue el equipo que más apostó por Héctor Herrera el pasado verano. El club portugués, siempre atinado en la captación de jóvenes valores, tenía controlado al fútbolista desde hacía bastante tiempo en categorías inferiores de México, pero no se decidió a contratarlo hasta después de la Copa Confederaciones de 2013, a la que el zorro fue convocado. El Oporto llegó a un acuerdo con él y con Pachuca y se cerró el traspaso en ocho millones de euros, aunque el conjunto mexicano conserva el 20% de su propiedad. Después del Mundial seguro que vale más.