El descaro argelino prueba a Bélgica, fuerte como nunca

Los Diablos Rojos tienen a su país ilusionado como nunca por ganar un Mundial. Desde el cuarto puesto de México 86, Bélgica no asomaba con tamaña jerarquía. Y, perdonen Pfaff, Gerets, Scifo y Ceulemans, lo que maneja su ex compañero Wilmots es aún mucho mejor. Courtois, Kompany, Hazard y Lukaku son simplemente una avanzadilla. Hay recambios para todos. Talento y muchísima potencia, con medio once titular por encima del 1,90.

Argelia debería ser su primera víctima. Siempre ha sido una selección con descaro. No tiene a Madjer o Belloumi, aquellos genios que batieron a Alemania en el 82. Pero una buena tarde de Feghouli o Brahimi da para tumbar a cualquiera.

Los ojos estarán puestos en Hazard, aunque la bestia Lukaku es quien debe marcar diferencias en el área. Ha hecho un gran año en el Everton. No suficiente para que Mourinho crea en él. Esta especie de Drogba quiere reivindicarse. Pobre Cadamuro.

Wilmots, último goleador belga

Hay quien considera a Marc Wilmots el mejor futbolista belga de la historia. Si bien el asunto es cuestionable, no lo es tanto su palmarés. El hoy seleccionador belga disputó cuatro Mundiales, desde 1990 al 2002. Marcó cinco goles, tres en el último, y un cuarto legal que pudo haber tumbado a Brasil. Muchísimo talento en la mediapunta que ahora se refleja en el banquillo.