Irán vuelve a jugar en un Mundial ocho años después. Sin embargo, la ilusión en la concentración de la selección ‘melli’ en Sao Paulo choca con la inquietud por el clima prebélico en Teherán. Allí, el presidente Hasan Rohaní ha advertido que parará el avance de los insurgentes suníes, reiterando su apoyo a Irak en este frente común, y no ha descartado colaborar con Estados Unidos en su lucha contra el terrorismo. Declaración sorprendente.

El seleccionador Carlos Queiroz intenta alejar a sus jugadores de todo lo ajeno al estreno ante Nigeria. Por cierto, nunca se han enfrentado en partido oficial, sólo en un amistoso y ganaron las ‘Águilas Verdes’ por 1-0 en 1998.

Con un equipo invicto en los amistosos premundialistas y estructurado a partir de los exosasunistas Nekounam y Masoud, y con el talento de Dejagah o Reza Ghoochannejhad, que militan en Inglaterra, el objetivo de Irán es ser segundo, y hacer historia: en Francia ‘98 sumó una victoria y sendos empates en Argentina ‘78 y Alemania ‘06.

Nigeria afronta su quinto Mundial como vigente campeona de África. No tiene el talento de la selección del ‘94 que llegó a octavos, pero el seleccionador Keshi, capitán de aquel virtuoso equipo, tiene un bloque joven que quiere ser meritorio, pese a que no ha ganado ningún partido de preparación.