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Pelé: “Xavi es el bueno, es de quien de verdad hay que hablar”

“Hay que respetar a Diego Costa, tiene que jugar donde se sienta mejor”, dijo el astro en una entrevista a AS. "El Barça de Pep me recordaba al Santos", añadió.

Rio de Janeiro
Pelé: “Xavi es el bueno, es de quien de verdad hay que hablar”

¿Puedo hacerle una confesión y pedirle un consejo?

Claro.

Mire, yo estaba muy ilusionado por entrevistarle y ayer se lo expliqué a mi hijo pequeño, que no entendió mi ilusión. Seguro que pensó que le gustaría más que su padre entrevistara a Messi o a Cristiano. ¿Es grave? ¿qué castigo le aplico?

(Risas). No hombre. Eso tiene fácil solución. Le pone las grabaciones de mis partidos y que decida él. Si no las tiene, hable ahora con mi asistente y le mando un dvd.

Lleva usted tres horas concediendo entrevistas y está fresco como una lechuga. ¿Cómo lo hace?

Es trabajo. No cansa. Además, si quiere que le diga un secreto, sólo lo hago una vez cada cuatro años.

En la sesión de fotos de hace un rato ha estado hojeando el AS y cuando ha visto el nombre de Xavi ha dicho...

Sí, este es el bueno, este es el del que hay que hablar. Me reafirmo. Me encanta Xavi. Es excelente. El Barça me gusta principalmente por Xavi, y además Iniesta, Messi... ese equipo me recordaba a mi época de Santos con Zito, Coutinho, Pepe...

En la portada del diario estaba Diego Costa, un brasileño que juega con Epaña, ¿le sorprende?

Me sorprende en la medida de que antes nadie quería dejar de jugar en la selección brasileña. Pero los tiempos han cambiado. Ante todo, hay que respetar su decisión. Tiene que estar donde se sienta mejor y es en España. Tenía la posibilidad de hacerlo porque tiene la doble nacionalidad y lo único que puedo desear ahora es que contra Brasil no esté afortunado.

¿A quién tiene ganas de ver en este Mundial?

Al Barça.

Querrá decir España

Sí claro, pero identifico mucho el sistema de juego de España con el Barça. El Barcelona es el equipo de España. De hecho, debe haber unos ocho jugadores del Barça en la Selección. Ha marcado ese estilo. Es un equipo que me recuerda mucho al que yo jugué.

¿Y a quien más quiere ver?

Alemania sobre todo. Está bien. Son los dos equipos que más quiero ver.

¿Usted sueña que juega al fútbol?

Sí claro. A menudo me pasa.

¿Le ha pasado siempre o sólo cuando se retiró?

No, siempre me pasó. Pero son sueños diferentes.

¿Me lo puede explicar?

Mire, cuando jugaba soñaba que estaba en un campo de fútbol y que mandaba. Siempre estaba ordenando a los compañeros o echando la bronca a alguien, pidiendo la pelota todo el rato.

¿Y ahora?

Ahora sueño que estoy en Maracaná y que marco un gol y me despierto. Qué tontería, ¿no?

En absoluto. Y disculpe el psicoanálisis, pero ¿alguno de esos goles que marca es alguno que no pudo marcar?

¿A que se refiere?

A que si en sueños finalmente el chut desde medio campo a Viktor es gol o si el balón cruzado ante la salida de Mazurkiewicz acaba entrando...

(Risas) Noooo, esos siguen sin entrar.

¿Qué echa de menos del fútbol de antes?

La diferencia es la mentalidad. Ahora se preocupan más de jugar para ganar y se olvidan del juego y del espectáculo. Lo peor es el comercio alrededor del fútbol.

En este sentido, usted de muy joven ya fue inmensamente famoso, a Neymar ahora le pasa algo parecido. ¿Qué consejo le daría para que no se perdiera por el camino?

La gran suerte que tuve es que mi papá había sido jugador de fútbol y tenía muy claro todo. Y eso que jugué un Mundial a los 17 años. Tuve un gran apoyo por su parte y para mí fue una cosa normal. La fama puede ser peligrosa, pero la familia es fundamental. Pero hay otro problema.

¿Cuál es?

La comunicación, los media, las Redes Sociales. En mi época no había esta potencia y ahora los jugadores son artistas, pintores, modelos, lo hacen todo. Esa es la gran diferencia con mi época.

A usted le pegaron mucho en el terreno de juego, ¿era más duro el fútbol antes?

No, era igual de duro, pero ahora protegen más los árbitros a los futbolistas. Creo que ahora podría seguir jugando si tuviera la condición física adecuada, claro está.

Usted era un niño cuando ocurrió el Maracanazo y reconoce que ese día vio llorar a su padre. ¿Cómo afronta este Mundial?

Bien. La revancha nos la tomamos en el 70 en los cuartos de final. En el partido ese de Mazurkiewicz. La herida está sanada, aunque de verdad me gustaría por una generación repetir la final contra Uruguay. Eso sería la cura definitiva.

Una cura que también serviría para aplacar las protestas contra el Mundial. ¿Cómo me explica que los brasileños no quieran la Copa?

Sí que la quieren, pero hay que distinguir. El mensaje que estoy dando desde hace mucho tiempo es el de que el fútbol no es culpable. La gente tiene razón en sus quejas, pero no son quejas contra el fútbol. Este deporte le ha dado a Brasil lo mejor. Le ha hecho grande. Otra cosa es la corrupción de los políticos.