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REAL MADRID-ATLÉTICO DE MADRID

Lisboa, capital de Madrid

La ciudad portuguesa fue invadida por miles de aficionados de Real Madrid y Atlético de Madrid. El punto de encuentro de las Fan Zones se inició a las 11:00 horas.

Lisboa, capital de Madrid
MIGUEL A. LOPESEFE

Lisboa amaneció hoy siendo la capital de España. Miles de aficionados del Real Madrid tomaron la ciudad portuguesa. Miles de coches por el Puente 25 de abril y el de Vasco de Gama, los dos puntos de acceso a la ciudad por carretera. La plaza de Marqués de Pombal fue tomada por cientos de aficionados del Atlético. Las peñas del club dejaron aparcados los autobuses en el estadio Da Luz y sus aficionados se movieron en transporte público hasta el centro. Las del Madrid, igual. Buen ambiente y hermanamiento entre aficiones, que empezaron el día compartiendo mesas en los bares de la Avenida de la Libertad, cordón umbilical entre la Fan Zone rojiblanca, en el parque Eduardo VII, y la mad ldista, en la Plaza Figueira. A primera hora era más numerosa la del Atlético que la del Madrid, pero a la hora de comer se fueron igualando las fuerzas.

El punto de encuentro de las Fan Zones se inició a las 11:00 horas. Música y pantallas gigantes. La hora de cierre oficial era a las 16:30 horas, pero antes de comer los hinchas sin entrada se llevaron una alegría. A las 13:00 horas, UEFA y el Ayuntamiento de Lisboa autorizaron la retransmisión del partido en las pantallas gigantes en la plaza Figueira (Fan Zone del Madrid), Rossio y Fan Zone del Atlético (Parque Eduardo VII). Era el caso de los malagueños José Antonio, Miguel Ángel, José Luis, Fran y Ángel. Vinieron desde la ciudad andaluza en caravana y no saben dónde van a ver el partido. La misma duda tenía Juan Luengo, conserje del colegio madrileño Fray Luis de León. “Hemos venido 20 personas en autobús, entre padres y profesores y no tenemos ni idea de dónde ver la final. Lo ideal sería que el partido se viese en estas pantallas porque así la gente estaría más controlada”, aseguraba mientras hacía y repartía bocadillos. En este hervidero de aficionados, destacaban los reventas, que ofrecían la localidad más barata (70 euros) por 500, y las personas que, con cartel en mano, demandaban una localidad: “I need tickets” (“Necesito entradas”). Este era el caso de Juan Proença, que estaba dispuesto a gastarse hasta 400 euros por una entrada.