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La intrahistoria

Ayer se ofertaban camas en hostales y pensiones de Lisboa

Mañana se disputa la final de la Champions y todavía se pueden encontrar camas disponibles en Lisboa. Sus precios rondan entre los 40 y 225 euros: alternativa arriesgada.

Esta triple, por 150 euros.

Mañana se disputa la final de la Champions y todavía se pueden encontrar camas disponibles en Lisboa. Su balance calidad-precio, eso sí, dependerá mucho del resultado con el que se vaya a dormir el aficionado en cuestión. Si debe soportar el duro trance de la derrota, pagar 225 euros por una habitación doble en la Pensión Residencial Dublín de 2ª categoría, ubicada en la Rua de Santa Marta 45, le parecerá un abuso teniendo en cuenta que normalmente su precio es de 50 euros. En este establecimiento, por ejemplo, sus habitaciones se encontraban completas según el portal Booking. Misteriosamente, cuando un español como el enviado especial de este periódico llama a la puerta preguntando por la disponibilidad, tachán: sí hay camas disponibles, por 225 euros. “Por favor, llame en seguida para reservar porque es la última”, insisten cuando nos marchamos por una puerta de la que cuesta salir debido a su escasa anchura.

En cambio, si duerme con la Décima o con la Primera de su equipo, la pensión de 2ª categoría Aleluia, muy cerca de Marqués de Pombal, le parecerá un lujo asiático, pese a los 150 euros desembolsados por una triple habitación. La recepcionista subraya: “¡Tiene baño propio!”. También en este establecimiento nos apresuran para hacer la reserva cuanto antes.

En el Gran Urban Hotel, en el Camilo Castelo Branco, aprovechan el tirón Champions e inauguran el hostel hoy mismo. Camas a 40 euros, según pone Internet. Ayer no se podía visitar in situ porque estaban acabando las obras. “Pero habrá camas seguro, véngase”, comenta el responsable en un correcto español. Hay aproximadamente una decena de hostales y pensiones que todavía tienen camas libres en Lisboa, pero si el aficionado viene sin tiempo para buscar con atención puede ir subiendo las manos o acabar desesperado y sin un lugar donde dormir. Pero al contrario de lo que afirman en la Asociación de Hostelería y Restauración de Portugal, los precios suben, y demasiado para la calidad ofertada.