MUNDIAL 2014
Jornada de huelga, violencia y protestas antes del Mundial
Brasil, enfrentó hoy una jornada de protestas en varias ciudades sede de la cita, a la que se sumó una ola de violencia criminal desatada en Recife a raíz de una huelga policialSorteo Mundial 2018 en vivo y en directo
La Jornada Internacional de Luchas contra el Mundial convocada por el Comité Popular de la Copa arrastró a miles de personas a las calles de las principales ciudades para protestar contra los millonarios gastos públicos con la preparación del Mundial.
Las protestas sacudieron principalmente la metrópolis de Sao Paulo, la mayor del país, y que el 12 de junio recibirá el partido inaugural del Mundial, entre Brasil y Croacia.
Las manifestaciones en Sao Paulo se iniciaron en ambiente pacífico.
Pero al inicio de la noche se produjeron violentos enfrentamientos entre policías y manifestantes, luego de que grupos supuestamente vinculados al movimiento anarquista "Black Bloc" invadieran las instalaciones de la concesionaria Hyundai, una de las patrocinadoras de Brasil 2014, y destruyeran las vitrinas del local, además de varios vehículos.
Asimismo, los manifestantes incendiaron bolsas de basura y contenedores de residuos, en respuesta a la acción de la policía, que buscó detener la destrucción de la concesionaria disparando balas de goma y gases lacrimógenos.
Según el portal del diario "O Globo" en Internet, al menos cuatro personas resultaron heridas durante los enfrentamientos, entre ellas un agente de la policía militarizada, y al menos 20 supuestos integrantes del movimiento "Black Bloc" fueron detenidos.
La serie de protestas se inició por la mañana, con una manifestación comandada por integrantes del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), quienes se concentraron en las inmediaciones de la Arena Corinthians, escenario de la ceremonia de apertura del Mundial.
Parte de los "Sin Techo" que participaron en el evento pertenecen al grupo de más de 4.000 personas que desde hace dos semanas ocupan un terreno baldío localizado a unos cuatro kilómetros del estadio, en una ocupación llamada "Copa del Pueblo".
El Comité Popular de la Copa afirmó que la principal demanda es el respeto al derecho de libre manifestación, para que no se repita la violenta represión a las protestas que sacuden Brasil desde la Copa Confederaciones de junio del año pasado.
También en Río, donde se disputará el 13 de julio la gran final del Mundial, se produjeron violentos disturbios entre policías y unos mil manifestantes que gritaban esloganes contra la FIFA.
La jornada de tensión en Brasil fue agudizada por una ola de violencia criminal que vivió la nororiental ciudad de Recife -sede de cinco partidos del Mundial- durante una huelga de la policía militarizada que se inició este miércoles y terminó en la noche de hoy.
La capital del estado de Pernambuco fue sacudida en las últimas 24 horas por una ola de asaltos masivos y saqueos a comercios, que llevó el gobernador Joao Lira Neto a pedir a la presidenta Dilma Rousseff el envío a la ciudad de efectivos militares y de la Fuerza Nacional de Seguridad.
A raíz de los ataques, gran parte de los comercios de la ciudad cerró sus puertas, así como escuelas, universidades y oficinas públicas, y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) anunció el aplazamiento de dos partidos del Campeonato Brasileño programados para este fin de semana en Recife.
Pese a que analistas opinaron que los actos de hoy pueden indicar una nueva ola de protestas durante el Mundial, el secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, aseguró que las manifestaciones no asustan al gobierno.
"No hay protesta que nos asuste. Lo que nos preocupa es el uso de métodos antidemocráticos, métodos de violencia, sea de parte de la policía o de los manifestantes", dijo Carvalho, quien tildó de "ridículo" el argumento según el cual los gastos del gobierno con la cita deportiva se realizó en desmedro de mejores servicios públicos.
"Es ridículo decir que la salud y la educación fueron perjudicadas a causa de la Copa. Es lo contrario, La Copa va a potenciar una ganancia mayor en impuestos para que podamos aumentar las inversiones en salud y educación", aseveró Carvalho, al aseverar que la organización del Mundial "no le quitó ni un centavo" a esos sectores.