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Andy y Lucas

“Ficharemos a Ramos para que colabore en el próximo disco”

Se confiesan con guasa como dos frikis del fútbol. Andy y Lucas llegan divertidos a ‘Las Estaciones de Juan’ y rápido agarran el balón con aire. No se cortan y hablan de todo.

“Ficharemos a Ramos para que colabore en el próximo disco”

—¿Por qué Andy y Lucas y no al revés?

—Andy: Porque surgió así. Al principio nos hizo gracia.

—Lucas: Pensamos, que nombre más raro para un grupo de música, pero luego se quedó así. A mí nunca me ha importado que Andy vaya primero, soy un jugador de equipo.

—Pero de equipos diferentes.

—L: No hay problema. Yo soy del Madrid. Y Andy del Barça.

—¿Y la final de la Copa ha provocado alguna discusión?

—A: No, para nada, hay que tomárselo con deportividad.

—Diez años después, ¿cómo les va, qué balance hacen?

—A: La verdad es que estamos orgullosos con lo que estamos consiguiendo. Ya sabemos cómo anda el país. Es difícil sacar galas, que la gente compre una entrada o un disco, y a nosotros nos va bien. Hemos entrado en el número dos de ventas, tenemos muchos conciertos y estamos planificando el plan de trabajo para América.

—Cuando empezaron, ¿pensaban que iban a llegar tan lejos?

—L: Ni en nuestros mejores sueños. Con el primer single, Son de Amores pegamos un pelotazo que nos cambió la vida. Fue increíble, un cambio muy brusco y muy inmediato.

—¿Dónde surge su historia?

—A: Empezamos a cantar en el instituto. Hubo una ola de grupos y artistas gaditanos en aquellos días y medio en broma empezamos con el lío. Lucas me proponía temas y nos lo pasábamos bomba.

—L: Yo fui autodidacta con la guitarra. Mi hermano mayor me compró un cajón acústico y pensé: ¿Qué hago yo dando golpes a esta caja? Entonces fui a la tienda a devolverlo y me quedé con una guitarra. A partir de ahí, poco a poco, empecé a investigar por mi cuenta y a componer canciones. Así hasta hoy.

—Son de Cádiz, tierra flamenca, pero les dio por la canción melódica.

—L: ¡Para ligar!

—A: El tema nace con el carnaval de Cádiz, con las chirigotas, la comparsa, el coro. El estilo nuestro empezó siendo un poco como la comparsa. Lucas hace de tenor, que es la voz principal, y luego yo resalto por arriba, lo que se llama la octavilla. Empezó un poco en broma.

—L: Íbamos con 16 años a cantar a los pubs. Nos pagamos nuestra propia maqueta y la mandamos a no sé cuantas discográficas. Teníamos muchísima ilusión pero el principio fue muy duro, con muchos altibajos. Nosotros como Raúl: empezamos jovencitos y a los 28 algunos ya nos quieren retirar.

—Y además de cantar, ¿no jugaban al fútbol?

—A: Siempre. Yo sigo jugando. Somos unos frikis del fútbol, no nos perdemos un partido.

—L: En mi casa se respira fútbol. Mi padre, Pedrito, fue futbolista y llegó a jugar en el Madrid con Gento, Puskas, Di Stéfano. Le cogieron con 17 años. Jugó pocos partidos y luego se fue cedido al Celta, donde estuvo ocho años. Era defensa y por lo que cuentan muy cañero.

—Y a usted en vez de por el fútbol le dio por la música.

—L: El día más triste de mi padre fue cuando le dije que dejaba el fútbol. No se me daba mal, incluso de chaval estuve en el Cádiz y en la selección andaluza, pero no me apasionaba. Iba a los entrenamientos obligado. Era una amargura. Imagínense el día que yo le dije a mi padre que dejaba el fútbol porque iba a cantar. Por su cara parecía que se había muerto un familiar. Por poco me tira por la ventana. Ahora está contento.

—¿Y Andy?

—L: ¡Andy ha ido de menos a más!

—A: Yo entiendo ahora el fútbol. Antes no. Cogía el balón y me quería regatear a todo el mundo. Ahora me apasiona el jugador que baja el balón y la toca. Este año voy a intentar sacarme el curso de primer nivel para empezar a entrenar chavales.

—Y cuál es su modelo, ¿Mourinho?

—A: ¡Para nada! Ese hombre tiene un ombligo… no entiendo cómo ha llegado tan alto. Siempre me ha gustado Guardiola y ahora, el que me parece la bomba es Simeone.

—¿Y qué le diría a Martino?

—A: Que un entrenador también le tiene que exigir a los futbolistas. Por muy buenos que sean y que puedan solucionar un partido, yo les quiero ver correr en todos los partidos.

—En Cádiz habrán oído hablar de Mágico González.

—L: ¡Claro! Ese hombre era una barbaridad. Cuando mi padre entrenaba muchos de sus colaboradores le habían visto jugar y contaban historias de cómo en los entrenamientos, el Mago se ponía detrás de la portería, lanzaba el balón por encima y le daba tal efecto que la pelota volvía atrás y se metía.

—Y también hablarían de sus correrías.

—L: En Cádiz había una discoteca que se llamaba el Metropol. Por allí aparecía David Vidal a buscarle y los porteros le sacaban por debajo de la barra, mientras el gallego le perseguía por todas partes. Mágico ha dejado huella en Cádiz y creo que también unos cuantos hijos.

—¿En casa de Lucas hay mucho madridismo?

—L: Mi padre sube a casa enfadado si pierde el Madrid. Sólo mi hermano Pedro, que es el mayor, se hizo del Barcelona porque dice que una vez Santillana se negó a firmarle un autógrafo. Fue después de que el Madrid perdiera 3-0 en Balaídos.

—¿Y Andy es del Barça de nacimiento o le envenenó alguien?

—A: El que envenenó fue mi padre. Ha sido siempre catalino. En 1992, cuando ganó la Copa de Europa, mi padre decía siempre: este es el equipo. Y a mí empezó a gustarme mucho Stoichkov, su carácter, cómo jugaba el fútbol. Y luego con Guardiola qué quieres que te diga. Ese Barça ha sido el mejor de todos.

—¿Han compuesto canciones de fútbol?

—A: El himno del Centenario del Cádiz es nuestro.

—L: Para nosotros fue un orgullo. A mí me hizo mucha ilusión. Fue un privilegio que un club centenario nos pidiera que compusiéramos el himno. Por cierto, quería aprovechar este foro para aclarar que el auténtico submarino amarillo ha sido el Cádiz y no el Villarreal. ¡Ojo que eso cuando lo vemos en la prensa nos da mucha rabia, porque nos lo han copiado!

—¿Y qué es lo que le ha pasado al Cádiz?

—A: ¡Yo me voy a mojar! El Cádiz ha tenido siempre muy buenos futbolistas, pero también ha habido dirigentes muy peseteros que los vendían y se quedaban con la pasta en vez de traer recambios. No es normal lo que hicieron con Lucas Lobo en Segunda, que lo vendieron y el equipo se fue a Segunda B.

—L: Ahí el único que puede sacar eso adelante es Quique Pina. Es un gran empresario y gestor. Ya estuvo una etapa al frente del Cádiz y estuvimos a punto de subir a Segunda. Ahora parece que ha vuelto.

—Creo que tuvieron un encuentro célebre con Maradona.

—L: Fue por medio de José Ramón de la Morena. Nos lo presentó en Málaga y después de charlar un rato nos invitó a subir a la suite de su hotel. Allí estuvimos celebrando una pequeña fiesta privada. Además en aquella época ya había dejado las cosas suyas del resfriado (ja, ja). Estaba muy templado. Me acuerdo que tomaba todo el rato unas bebidas energéticas que se llamaban Split. Compraba cajas de cincuenta y se las bebía hasta por los ojos. Y yo ahí estaba tranquilo, con la guitarrita, tocando canciones y él contando historias. Yo estaba flipando, claro.

—¿Tienen trato con futbolistas?

—A: Somos muy amigos de Aldana, Romero, Donato, Fran, y con Joaquín hablo mucho...

—L: Y Sergio Ramos nos entregó el disco de diamante.

—A: Más que con Sergio, he tenido algunas salidas nocturnas memorables con su hermano René. Es un tipo increíble. Pero con Sergio hemos coincidido en muchos sitios y muy bien con él, aunque sabe que soy del Barça. A Sergio le gusta la música y, por lo que he escuchado, canta muy bien, muy flamenco. Lucas y yo lo tenemos hablado: para el próximo disco queremos fichar a Sergio para hacer una colaboración. A él le va a gustar seguro y a nosotros nos va a venir de fábula.

—Tal y como están las cosas, ¿quién va a ganar la Liga?

—L: Me gustaría que, si no puede el Madrid, la gane el Atleti. Con el Atleti la gente lleva diciendo todo el curso que al final se desinflará, pero después de llegar a donde ha llegado el porcentaje de posibilidades que tiene es muy alto.

—A: Si no puede ganar la Liga el Barça, ojalá que la gane el Atlético, porque no siempre la van a estar ganando los mismos. Tendría que haber más competitividad en la Liga española como la hay en la Premier.

—L: Es que aquí te vas al cuarto de baño a pegarte una ducha y a la vuelta el Madrid o el Barça ya van ganado tres o cuatro a cero. Por eso el Atleti ha mejorado la Liga.

—A: Yo lo del Barça lo critico. No me explico derrotas tontas en plazas tan modestas como Valladolid y Granada.

—L: De todas formas al Madrid y al Barça creo que aún no hay que matarlos. Al Madrid se le intentó matar después de lo de Sevilla y mira, ahí está. Insisto que el Atlético está muy bien pero para la Liga los otros dos no están muertos.

—¿Planifican los conciertos para que no coincidan con partidos importantes?

—A: Si podemos sí, pero algunos son inevitables. Ahora tendremos que tener en cuenta los partidos de España de cara al Mundial. Con la final de la primera Eurocopa contra Alemania nos cayó un concierto en Huelva y fue tremendo.

—L: Es que lo de la primera Eurocopa fue exageradísimo. Date cuenta de que ahora ya nos hemos acostumbrado pero entonces era insólito y estaba todo el mundo en la calle.

—¿Muchos conciertos esta Semana Santa?

—A: Yo en la Semana Santa no “parto peras”. Sólo vivo para las procesiones. Soy de los que llora si llueve. Estoy en la cofradía y cargo toda la madrugada del Jueves Santo a la Virgen del Nazareno. Nací el domingo de Ramos, con eso te digo todo.

—No tiene usted pinta de costalero.

—A: Hay gente fuerte que se mete ahí debajo y luego se le viene el mundo encima. Si tienes maña y corazón, lo sacas adelante. Como todo, como el fútbol, la música y los conciertos. Es el corazón el que evita que te tiemblen las piernas.