El Valladolid, a la toma de El Sadar para lograr la salvación

Parece una final, huele a una final y tendrá el sabor de una final… pero no lo es. Porque cuando acabe el partido todavía quedarán cinco jornadas y nada de lo que ocurra hoy será definitivo, pero sí puede marcar una tendencia clara. Si para Osasuna, tras dar un golpe en la mesa en Almería, es importante sumar en casa, con 33 puntos, para el Valladolid lo es más. Con 31 está en el borde del descenso y necesita una victoria que le dé aire, más teniendo en cuenta que la semana que viene descansará al haberse trasladado el partido ante el Real Madrid al 7 de mayo. El Sadar será una caldera donde el Valladolid sólo ha ganado una vez, la campaña pasada con un golazo de Ebert, pero hoy a los blanquivioletas sólo les vale ganar. La Liga se acaba y sumar de uno en uno no lleva a ninguna parte, por mucho que el equipo de Juan Ignacio sea el rey del empate. El de hoy, con un ambiente hostil y la importancia de los puntos, es un encuentro para valientes.

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Sin muchos cambios. Javi Gracia podría repetir el equipo que ganó, y consiguió una dosis importante de oxígeno, en Almería con la única duda de si entrará Loties en el centro de la defensa, una vez cumplida su sanción, o seguirá Flaño. La entrada del francés, tocado durante toda la semana, vendría justificada con la necesidad de parar el juego aéreo de Manucho, si éste jugara.

Por su parte, Juan Ignacio Martínez viaja con la idea de reforzar un poco al equipo, equilibrar el centro del campo, por lo que parece difícil que Guerra, Manucho y Óscar estén en el once y todo indica que será el angoleño el que se caiga. Podría entrar Bergdich como extremo izquierdo, facilitando el pase de Óscar a la posición de la mediapunta, su preferida. El resto del equipo podría no variar con respecto al conjunto que ha dejado su portería a cero durante los dos últimos partidos. Y es que, hay que recordar, que ese es el secreto de las victorias del Valladolid de Juan Ignacio. Seis victorias ha conseguido esta temporada y todas ellas dejando la portería a cero.