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AS COLOR

Aquellos momentos que no deberían tener hueco en el fútbol

La historia del fútbol se compone de goles y jugadas para la historia. Pero también quedan algunas acciones desagradables que no deben repetirse.

CABEZAZO. Zidane le dio un cabezazo a Materazzi en la final del Mundial de 2006.

La historia del fútbol está repleta de momentos mágicos: goles que emocionan a todo un país, paradas en el último minuto o regates inverosímiles sólo al alcance de unos pocos elegidos. Sin embargo, el deporte rey también se compone de otro tipo de jugadas menos agradables y que pasan a la historia por todo lo contrario. Agresiones, codazos, batallas campales, entradas brutales… Acciones que no deberían tener cabida en un terreno de juego, pero que, por desgracia, ocurren. A ningún amante del fútbol se le olvidará nunca el gol de Maradona o la volea de Zidane, pero también recordarán siempre al argentino en la pelea tras la final de Copa del 84 que enfrentó a Barcelona y Athletic o al francés propinando un cabezazo a Materazzi en su último partido como profesional en el Mundial de 2006.

Mayores castigos.

Nuestro fútbol no se ha salvado de estos negros episodios y la Liga española tiene un largo historial de jugadas desafortunadas que, en muchos casos, han acarreado largos períodos de suspensión para sus infractores.

Para encontrar la mayor sanción de la historia de la Liga hay que remontarse hasta 1964, con Cortizo como protagonista. El entonces jugador del Real Zaragoza realizó una brutal entrada sobre Collar, jugador del Atlético de Madrid. La acción se saldó con fractura de tibia del colchonero y 24 partidos de suspensión para el futbolista del conjunto maño. El colegiado del encuentro ni siquiera había señalado falta.

Le sigue de cerca Goikoetxea, del Athletic de Bilbao, que en el minuto 59 de un Barça-Athletic de 1983 fracturó el tobillo de Maradona con una entrada por detrás. El árbitro señaló falta y lo dejó en tarjeta amarilla, pero Competición le sancionó con 18 partidos que posteriormente Apelación redujo a diez. Finalmente, el Consejo Superior de Disciplina Deportiva lo dejó en siete.

Otra de los grandes castigos en forma de partidos de sanción se produjo en 1974, con Fernández como protagonista. El jugador del Granada lesionó de gravedad a Amancio con una entrada en la frontal de área y fue castigado con 15 partidos. El parte médico del Real Madrid decía lo siguiente: ‘El jugador presenta rotura del músculo cuádriceps del muslo con un aspecto semejante al de una cornada’.

Más actual fue la acción de Ceballos, portero del Racing. El cancerbero fue acusado de agredir al colegiado Prados García, quien reflejó lo siguiente en el acta: “Se abalanzó sobre mí, me empujó con el pecho y me lanzó al suelo; yo recibí un golpe en la nariz”. Para muchos fue un castigo desproporcionado, ya que las imágenes demostraron que el colegiado exageró la caída, pero Ceballos fue sancionado con 12 partidos, que, posteriormente, el Comité de Apelación dejaría en ocho. Ocurrió el 14 de marzo de 2000.

Con sólo un encuentro menos de suspensión, once, encontramos al ‘Mono’ Burgos, que el 21 de noviembre de 1999, defendiendo la portería del Mallorca, propinó un puñetazo en la mandíbula al jugador del Espanyol Serrano, que cayó al suelo inconsciente.

En el siguiente escalón, con diez partidos, encontramos a tres jugadores: Pepe (Real Madrid), Diarte (Betis) e Igartúa (Burgos). El primero de ellos, Pepe, quizá sea el más recordado por todos. El defensa del Madrid agredió a Casquero y a Albín. Fue expulsado y alejado posteriormente de los terrenos de juego durante diez encuentros. Diarte mandó a Ruda al hospital con una patada e Igartúa pegó una patada por detrás al árbitro del encuentro, Fernández Quirós.

Morena (ocho partidos), Acuña y Lainez (siete), Pier, Claudio López y Arzeno (seis), Diogo, Luis Fabiano y Javi Navarro (cinco) son otras grandes sanciones de nuestro fútbol. De estos casos, el más llamativo es el último, el de Javi Navarro, por la aparatosidad del mismo. El defensa del Sevilla dio un codazo a Arango, jugador del Mallorca. En los primeros instantes se temió lo peor, ya que el futbolista venezolano se desplomó y sufrió espasmos y parada respiratoria. Por momentos, se llegó a temer incluso por su vida. Finalmente, la situación no llegó a más y Arango fue trasladado al hospital, donde se le realizó un TAC que descartó lesiones graves. El sevillista fue sancionado con cinco partidos.

En otras ocasiones, los futbolistas han sido castigados a no jugar durante un período de tiempo determinado, sin especificar el número de partidos. Es el caso de Stoichkov, que fue sancionado durante seis meses en 1990 por un pisotón a Urízar Azpitarte, colegiado del encuentro.

La final de Copa de 1984 dejó una sanción de tres meses para un grupo grande de jugadores: Maradona, Clos y Migueli, por parte del Barcelona, y Goikoetxea, Sarabia y De Andrés, del Athletic. Todos ellos fueron castigados por los incidentes que ocurrieron tras el partido. Los integrantes de ambos conjuntos se enfrentaron sobre el césped y el resultado fue una vergonzosa batalla campal que dejó una imagen pésima de la competición.

En Europa.

Los jugadores de nuestros equipos también han dejado momentos para olvidar en el fútbol europeo. Uno de los más recordados lo dejó Juanito, ídolo y mito del Real Madrid. El malagueño era capaz de lo mejor y de lo peor sobre un terreno de juego y en las semifinales de la Copa de Europa de 1987, en un Bayern-Madrid, sacó a relucir su lado oscuro y recibió un castigo de cinco años sin disputar competiciones europeas por pisar la cabeza de Matthaus.

Otro español, David Navarro, también fue castigado duramente por la UEFA. El defensa del Valencia le propinó un puñetazo a Burdisso, argentino del Inter de Milán, a la conclusión de un encuentro de Champions que enfrentó a Valencia e Inter. La UEFA quiso actuar de manera ejemplar para que incidentes como éste no volvieran a suceder y el defensa español estuvo inhabilitado durante siete meses, en los que no pudo jugar ningún partido oficial, ya fuera en Europa o en el campeonato doméstico.

Fútbol extranjero.

Fuera de nuestras fronteras, también han ocurrido este tipo de bochornosos acontecimientos. La patada de Cantona es, quizá, el momento más recordado por la repercusión mundial que tuvo. El francés perdió la cabeza en un partido en el que defendía la camiseta del Manchester United y propinó una patada en el pecho a un aficionado. Esta acción le supuso al jugador francés un castigo de nueve meses.

Más reciente es la sanción al delantero internacional Rooney, que tuvo una gran repercusión. El del Manchester United fue sancionado con tres partidos por su agresión a un jugador de Macedonia, en el último partido de clasificación para la Eurocopa de 2012. Esta suspensión suponía perderse toda la primera fase de la Euro y trastocaba seriamente las posibilidades de su selección. Finalmente, la UEFA lo dejó en dos partidos e Inglaterra consiguió clasificarse para cuartos de final.

Finalmente, como dato curioso, encontramos la sanción a Zidane por su cabezazo a Materazzi en la final del Mundial de 2006. Este partido supuso el último en la carrera del internacional francés. La FIFA le impuso tres partidos de suspensión y 4.840 euros de multa. Sin embargo, como Zidane se retiró del fútbol, se le conmutó la multa y se le impuso una nueva sanción que consistía en realizar trabajos con niños y jóvenes dentro de los programas de la FIFA. Sin embargo, tras varias jornadas de reflexión al ocurrir episodios de este tipo, el fútbol siempre ha logrado salir adelante y conservar su buena reputación. Sin duda, los buenos momentos que genera este deporte hacen que estas acciones pasen a un segundo plano.