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Tambores de Clásico

Santillana: “Alguna vez nos fuimos a cenar tras un Clásico”

Sobre el debate en la portería: "Me gustaría tener un titular que siempre fuese titular, pero supongo que el entrenador lo hace por el bien del Real Madrid y el suyo".

AlcobendasActualizado a
Santillana: “Alguna vez nos fuimos a cenar tras un Clásico”

—¿Qué sensación tiene?

—La inercia te dice que el Madrid llega mejor. Gana los partidos fáciles, haciendo goles. Cristiano se sale, Bale mejora, y el propio equipo está organizado en la media y compacto. Ganar sería pegar un puñetazo en la mesa, descartar al Barça...

—¿Cuántos goles le hizo usted al Barça?

—No los he contado, pero unos pocos, sí. Al Atlético le metí más, 13, el que más en la historia del Madrid en Liga. (Al Barça le hizo 9 en 28 encuentros).

—¿Recuerda alguno?

—El que mejor cuando ganamos la final de Copa 4-0 en el Manzanares en el 74. Hice el primero. Poco antes habíamos perdido en Liga en el Bernabéu 0-5. Fue nuestra revancha particular.

—¿Cómo fue aquel gol?

—Muy mío, de área. Un centro bajito por la derecha, me fui al primer palo y la cambié al segundo de un toquecito. Sadurní era el portero. Un 4-0 no era habitual ante el Barça en una final de Copa.

—¿Con quién se pegó más del Barça en el campo?

—¡Con Migueli!

—¿Repartía mucho?

—Era un central como los de antes, y se permitía mucha más dureza en el juego entonces.

—¿Que fue lo más grave que le hicieron en un campo?

—No, no... Se lo cuento otro día. Pero antes no había cámaras y para que sacaran tarjetas en algún campo te tenían casi que cortar la cabeza...

—¿No era un fútbol más noble?

—Era más duro. Había visitas ante las que yo me pasaba la semana pensando: ‘A ver si hay suerte y me lesiono! (risas).

—¿Granada?

—Por ejemplo... Y alguno del norte... En fin, yo me veía con Migueli en los Clásicos. Era un grandísimo central, y teníamos peleas duras, pero limpias.

—¿Y cuando se veían después en la Selección?

—Pues perfecto...

—¿No pasaba como hace poco con lo de la tormenta de Clásicos? ¿Había piques?

—En esos Clásicos sucedieron cosas que no eran normales. ¡Mourinho y el dedo en el ojo! Siempre fueron partidos tensos, pero la actitud de Mourinho no ayudó en nada.

—Y afectó a la Selección...

—En mi época no afectaba nada de nada. Había dureza, pero terminaba el partido y no se hablaba más de ella.

—¿Tenía usted amigos en el Barça?

—Muchos. Yo iba siempre en la habitación de la Selección con Víctor Muñoz, con Roberto... Era amigo de Marcos, Julio Alberto, Migueli, Rexach, Asensi...

—¿Cómo para ir a cenar juntos tras un Clásico?

—Alguna vez, y a tomar copas... Y mire que no soy de salir.

—¡Eso hoy sería impensable!

—Pues en Barcelona una vez nos fuimos a tomar algo tras un partido. Y nadie se extrañaba.