El perfil
Campeón del mundo y amigo de políticos como Angela Merkel
En los diarios alemanes no paran de citar una declaración de Hoeness en 2005:. “Sé que soy tonto, pero pago mis impuestos íntegros“, dijo el capo del Bayern en una entrevista.
Existían dos versiones de Uli Hoeness. Por un lado el todopoderoso presidente del Bayern, admirado y al mismo tiempo odiado por todo el mundo debido a su excelente modelo de gestión basado en la humildad. El Bayern, y Hoeness ha contribuido a ello, es hoy un consorcio que genera 300 millones de facturación. Pero Hoeness, campeón del mundo con la Mannschaft en 1974, también tenía otra cara, esta más bien oculta. La del ludópata, que evadió 28,4 millones de euros a través de negocios de especulaciones bursátiles y que ha destrozado de golpe la figura de Hoeness como apostol de la moralidad, función que le ha gustado siempre ejercer.
En los diarios alemanes no paran de citar una declaración de Hoeness en 2005:. “Sé que soy tonto, pero pago mis impuestos íntegros“, dijo el capo del Bayern en una entrevista concedida Bild. La verdad es que en ese mismo año, Hoeness llegó a evadir la cifra récord de 10,1 millones de euros a través de su cuenta secreta en el Banco Vontobel de Suiza.
Como jugador, Hoeness contribuyó, con dos goles, frente al Atlético a ganar la primera Copa de Europa del Bayern en 1974, pero se vio obligado con 27 años a retirarse debido a una lesión de rodilla. Fue entonces cuando se inició la historia de patriarca Hoeness, alma del Bayern, fundador de una empresa de salchichas, benefactor social y amigo de políticos influyentes como Angela Merkel, a la que también le gustaba apuntar con el dedo a otra gente. A nadie se le olvidará jamás que fue él quién impidió que Christoph Daum se convirtiera en seleccionador alemán, acusándolo de consumo de cocaína, y que durante años ha denunciado a otros equipos europeos de no jugar limpio en la parte económica. Eso sí, el Bayern jamás volverá a ser igual sin él.