Athletic - Granada
Iturraspe es la brújula de los leones ante un Granada sin Piti
Ha pasado de no ir convocado en la ida a ser el jefe (20:30, Cuatro). Los andaluces ya saben a quién tienen que morder. Valverde ni le convocó en la ida.
La angustia, la presión, el miedo a que se escape el objetivo... Athletic y Granada son serios candidatos a lograr sus diametrales metas: la Champions y evitar holgadamente el descenso. Tienen mimbres para ello. A los leones les debió dar un subidón de autoestima viendo el 1-6 del Real Madrid al Schalke. Este mismo mes, han sometido a los de Ancelotti. Los de Alcaraz jugaron de cine la primera parte en Mestalla, pero perdieron en la prolongación por cometer una absurda falta y defenderla mal.
¡Hagan juego, señores! No es una llamada a echar las fichas a la ruleta. Como juego que es, el fútbol tiene mucho de azar, pero Athletic y Granada deben lanzarse al tapete con sus virtudes por delante, sin ampararse en los errores del rival.
Regresa Iturraspe a San Mamés. Aunque todos los focos se sitúen esta noche en Mikel Rico, la batuta la lleva esta especie de Sócrates con la pelota y Busquets sin ella. Los andaluces ya saben a quién tienen que morder. Valverde ni le convocó en la ida. No se sabe si por ponerle las pilas o porque no creía del todo en él. Entonces, palmó 2-0. Hoy dirige con galones su equipo.
Talento nazarí. El Granada también tiene talento, aunque a veces funcione de manera individual. En Bilbao, se sabe de sobra cómo le pega Piti al cuero y su baja es un alivio. Brahimi desborda, Pereira es desquilibrante y Benítez es capaz de lo mejor y lo peor. El Athletic va a buscar su debilidad defensiva. Alcaraz ha perdido a su central más fuerte, Murillo, y viaja con Angulo renqueante. Susaeta, Aduriz y Muniain tratarán, a su estilo, de ganar las batallas individuales.
Tras el varapalo que se llevó ante el Espanyol, San Mamés recela del Granada. El Athletic debe hacer granero de puntos para administrar la cuarta plaza. Le esperan dos jornadas de órdago en Mestalla y El Madrigal. Habrá chaparrón ofensivo y de agua. Si los nazaríes se protegen con el paraguas, caerán. Si discuten el balón, lo tienen y marcan el ritmo, pueden saltar la banca.