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PORTUGAL

Albert Soldevila sueña con triunfar en la tierra de Cristiano

A sus 18 años espera su oportunidad en el Nacional de Madeira. Su sueño, jugar en Primera para llegar a ser internacional. Su hermana Paola ya lo es con la Sub-19.

Actualizado a
Albert Soldevila, jugador del Nacional de Madeira de Portugal.

Con apenas 16 años abandonó su casa, su familia y su Tarragona natal por un sueño: jugar algún día en un equipo de Primera División y llegar a ser internacional con la Selección española, un sueño que ya ha visto cumplido su hermana menor, Paola Soldevila, jugadora del Sant Gabriel y de las categorías inferiores de La Roja.

Albert Soldevila (Porrera, Tarragona, 17-6-1995) se marchó en 2011 a Pamplona para fichar por el equipo Juvenil de Osasuna. Allí permaneció dos temporadas, pero la falta de minutos le abocaba a acabar cedido en un equipo de Tercera. Por eso, cuando se le presentó la oportunidad no dudó en dar el salto al extranjero, en concreto al Nacional de Madeira (Portugal). 

"Al principio fue duro salir de casa, pero una vez en Pamplona y, cuando me ofrecieron ir al Nacional de Madeira, no lo dudé. Aunque las condiciones económicas eran algo peores, el proyecto deportivo me convenció porque me daba más expectativas, entrar en el Juvenil sabiendo que el siguiente paso es el equipo de la primera división portuguesa", explica Albert. 

Soldevila, un central zurdo que también juega de lateral, sueña con destacar en la tierra y en uno de los primeros equipos de Cristiano, el Nacional de Madeira: "Espero mi oportunidad y para ello llevo tiempo trabajando duro. Mi padre nos ha inculcado tanto a mí como a mi hermana el esfuerzo y el trabajo para llegar a conseguir nuestras metas. Me da muy buenos consejos, como el hecho de que aproveche mi condición de zurdo porque en el fútbol hay pocos". 

Debutar en el primer equipo sería la llave para empezar a soñar con jugar en las selecciones inferiores y, por qué no, con debutar algún día en la Absoluta de Vicente del Bosque: "Admiro mucho a Del Bosque por todo lo que ha conseguido con la Selección. Mi sueño sería debutar como internacional en las categorías inferiores y algún día, por qué no, llegar a jugar en la Absoluta". Hace algunas semanas estuvo a punto de lograrlo cuando el club estuvo a punto de vender uno de los centrales del primer equipo: "Estuve muy cerca de debutar con el Nacional, pero no pierdo la esperanza. Sigo entrenando una vez a la semana con el primer equipo con la esperanza de que algún día llegue mi oportunidad, una lesión, una sanción... y, por supuesto, saber aprovecharla". 

Albert espera que esa gran oportunidad le llegue en Madeira, la tierra de Cristiano, y en el Nacional, el equipo donde comenzó el Balón de Oro de 2013: "Aquí Cristiano es una verdadero ídolo y está presente por todas partes, el gimnasio está plagado de fotos suyas y hasta tiene un museo. Llegar a debutar en Primera me podría dar esa oportunidad que estoy esperando. Mi idea es jugar aquí en Primera para poder dar el salto a la Liga española o a cualquier otro equipo de Primera de algunas de las ligas más destacadas de Europa". 

Mientras Albert espera esa oportunidad y esa llamada de La Roja, su hermana Paola, estará la próxima semana en Las Rozas, en la concentración de la Sub-19 de cara a la preparación de la segunda fase del Europeo: "Confieso que envidio mucho a mi hermana por jugar con la Selección, aunque tengo que reconocer que las chicas lo tienen mucho más difícil que nosotros, les cuesta más llegar. El problema es que todavía se conoce poco el fútbol femenino". 

Albert y Paola, como buenos hermanos, se quieren pero discuten, sobre todo de fútbol. "Ella es muy del Real Madrid, yo no soy de ninguno, me gusta el buen fútbol, pero si tengo que elegir, prefiero el Barça. Me gusta hacerla rabiar. A veces discutimos tanto por fútbol que nuestros padres nos han llegado a mandar a cada uno a nuestra habitación", bromea Albert.