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Schalke - Real Madrid

Palop: “Queda Iker para mucho rato, en el Madrid o en otro sitio”

En el Bayer Leverkusen no tiene oportunidades, pero Andrés Palop saca el lado positivo de su aventura en la Bundesliga. Recibe a AS en Dusseldorf para analizar al Schalke 04...

Andrés Palop juega este año en el Bayer Leverkusen.
Carlos MartínezDIARIO AS

—¿Da vértigo pensar que esto del fútbol se acaba?

—El fútbol me ha dado más de lo que yo pensaba. Nunca imaginé que pudiera disfrutar de tanto en el fútbol. Ahora se acaba y es ley de vida. Tengo 40 años. El fútbol llega a su etapa final. Siempre intenté ser un jugador normal y saber cuál es la realidad de la vida, como vengo de una familia humilde, sé que todo esto ha sido un regalo. Ahora vendrá otra etapa con mis conocimientos y mi experiencia.

—Se forma ahora para ser técnico en un futuro no muy lejano. No hay muchos entrenadores que fueran porteros…

—(Risas) No hay muchos, no.

—Dino Zoff…

—Sí, Abel o Lopetegui en España; o Walter Zenga, un italiano al que me enfrenté como jugador en el Dinamo de Bucarest, pero no hay muchos. Alguna gente me lo ha dicho, incluso me dicen que sea entrenador de porteros. Pero me gusta un poquito más de responsabilidad. No hay muchos porteros, pero a ver si cambio un poco la historia.

—¿Le parece realizar unas prácticas haciendo un scouting del Schalke para los lectores del AS?

—Por supuesto, me gusta hablar de fútbol siempre.

—Su equipo, el Bayer Leverkusen, perdió en casa la semana pasada ante ellos...

—Sí, aunque el otro día contra el Mainz mantuvieron la línea que tuvieron contra nosotros. Nos ganaron 1-2, pero nosotros tuvimos muchísimas ocasiones para poder hacer tres o cuatro goles. Ellos en dos ocasiones nos ganaron el partido. No les veo en un gran momento. Sí es cierto que han salido de una etapa difícil de la temporada. Con la llegada de Boateng parece que el equipo ha despegado un poco. Han vuelto Huntelaar y Draxler, aunque no está en su mejor momento.

—Se habla mucho de un traspaso de Draxler para este verano de 45 millones de euros. ¿Es para tanto?

—Hay que fijarse en él. Tiene un talento extraordinario. Algo diferente a los demás, pero para pagar esa cantidad debería tener más continuidad o verle un poquito más. Aunque claro, el mercado del fútbol si no fichas rápido, luego te puedes arrepentir. La verdad es que el chaval tiene talento, aunque sale de una lesión y de un tiempo parado.

—¿Quién saca las castañas del fuego en el Schalke?

—Ahí está Farfán, por ejemplo, que es muy veloz y peligroso en el contragolpe. Luego, todos conocéis a Huntelaar, también con velocidad y gol. Y no hay que perder de vista a Goretzka. En ataque es donde pueden crear algún problema al Madrid.

—¿Cómo es el portero titular del Schalke, Fährmann?

—Es muy buen portero. En Alemania abunda la calidad y la juventud. Por ejemplo, si tú ves al portero del Duisburgo y al nuestro, Leno, son parecidos. Todos están cortados por el mismo patrón. Cuando nos enfrentamos contra el Bayern, hablé con Guardiola y él coincide con lo que estoy comentando. “Me estoy encontrando porteros buenísimos, de lo mejor de Europa”, me decía.

—¿La competencia es diferente en la portería?

—Todos en su sitio, cuando tenemos a un compañero que nos crea mucha competencia, es normal que tengamos que apretar.

—¿Pero los porteros se pueden llevar bien?

—Sí, claro. El tema de llevarse mal no lo entiendo. Yo, por ejemplo, tuve una primera etapa en Valencia con Santi (Cañizares) que la gente decía que yo me llevaba mal con él. En la vida me he llevado mal con Santi. Otra cosa es que se crearan intereses o que se hablara de esa manera. Yo siempre he intentado hacer mi trabajo lo mejor posible. Si mi trabajo lo realizaba bien y molestaba, yo no lo podía controlar. Si publican otras cosas o se dicen cosas que no tienen nada que ver con el fútbol, no se puede controlar. Yo he intentado siempre ayudar a mi compañero, siempre y cuando sea honesto y respetuoso.

—Usted guardará buenos recuerdos de Gelsenkirchen…

—Nosotros estuvimos allí hace unos años jugando contra el Schalke las semifinales de la Copa de la UEFA. Recuerdo una anécdota en el Veltins Arena. En el entrenamiento previo, los porteros estábamos con la broma de chutar fuerte para ver si tocábamos el videomarcador colgado en el techo. Nada, no pudimos. Ya en el partido, en la recta final, cuando el Schalke nos estaba apretando, le metí un zambombazo a la pelota para quitármela de encima porque estábamos agobiados. Le di tan fuerte que dio la pelota en el marcador. ¡Se calló todo el estadio! Se quedaron alucinados, porque además es una afición muy caliente. Están todo el partido animando.

—Por cierto, en su última etapa en el Sevilla usted le quitó el puesto a Diego López, guardameta del Real Madrid en Liga…

—Bueno, empecé de suplente. Él vino como fichaje estrella del Sevilla. En esa época me dijeron que iban a firmar dos porteros y que iba a tener difícil jugar. Quería ayudar al equipo donde estuviera. Sabía que tenía muy difícil jugar. Él tuvo la mala suerte de que al segundo partido de Liga le expulsaron, salí yo y paré el penalti. Luego, en el siguiente partido en Vallecas, hice un buen partido con la portería a cero y después vino el Madrid y le ganamos 1-0… Todo eso sumó mucho para que Míchel me mantuviera de titular hasta un partido que perdimos ante el Atlético y me quitó. El fútbol tiene que ser competencia y todos los jugadores deben sentir que pueden jugar en cualquier momento.

—¿Incluso en la portería? ¿Es partidario de la alternancia?

—Pienso en los momentos de los jugadores. Si un portero tiene un buen momento, hay que darle continuidad. Si un portero no pasa un buen momento, o está nervioso, o no ayuda, en equipos como Real Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, siempre hay dos buenos porteros. Que juegue uno o que juegue otro no se va a notar. Pondría siempre al portero que estuviera en mejores condiciones. En el Sevilla, Diego vino como fichaje estrella y ahora el rendimiento que da en el Madrid no lo pudo dar desgraciadamente en el Sevilla.

—¿Le sorprende?

—Él vino de descender en el Villarreal. En una siguiente etapa, a lo mejor la cabeza no está del todo a tope y puedes tener algunos restos de la etapa anterior. Además, te tienes que adaptar a un grupo nuevo y con otra manera de funcionar. Posiblemente le costara esos primeros meses y tal vez por eso no ofreció el nivel que da ahora en el Madrid. Ahora está en un momento bueno e importante. Es el Diego López que conocimos del Villarreal. Yo era el portero suplente y las decisiones las tomaba el entrenador. Yo intenté seguir trabajando.

—Para Ancelotti tiene un nivel muy bueno porque le quita el sitio a Iker. Usted trabajó con Casillas en la Euro de 2008. ¿Cómo le ve?

—Sí, tuve esos 15 días de convivencia en la Eurocopa. Es cierto que cuando ves a Iker de suplente te sorprende y te sabe mal porque sabes que es un portero que ha demostrado muchísimas cosas. Tiene un caché, una personalidad y un talento que pocos porteros tienen. No verle titular cada domingo lo ves raro, pero estás en un Real Madrid, no en un equipo cualquiera. Igual que en su momento a Ronaldo le empezaron a sentar en el banquillo o a Raúl, parece que ahora le ha tocado a Iker. Son decisiones del entrenador que hay que respetar. Un entrenador con el que, por cierto, están todos muy contentos, me consta. Ahora le toca vivir esa experiencia y seguro que sacará algo positivo.

—Pero Iker no está tampoco ahora mismo en un momento malo de forma…

—Está claro que lo ha hecho bien y Diego también lo ha hecho bien. Yo entiendo perfectamente al entrenador, porque está en una situación complicada. Iker lo está haciendo bien. Se encuentra trabajando y cada oportunidad la está aprovechando. El otro día dijo el entrenador que seguro que tendrá una oportunidad en Liga. Creo que tenemos a Iker para rato. Si no en el Madrid, en otro sitio.

—¿Es cierto que en el Bayer adoran a Carvajal?

—Sí. Es increíble. Dejó mucha huella en sólo una temporada. Todos me habla de él. Cuajó muy buen año y la gente le quiere mucho en Leverkusen.

—Como veterano y futuro entrenador, ¿cómo ve a Jesé?

—La cabeza la debe mantener bien. Me hizo gracia viendo en la tele que Xabi Alonso pasó al lado de él y le dijo: “¡Vamos, Balón de Oro!”. Ya se la están tirando. Me decía un compañero el otro día: “Joder, tío, es igual que Cristiano hasta en la forma de correr”. Sale al campo y no se arruga. Toril hablaba muy bien de él. Nadie le hacía mucho caso porque con Mourinho no tuvo mucha presencia. Fue mala suerte para el Bayer Leverkusen, porque este verano sonó. Hablaban de una operación como la de Dani Carvajal. Fíjate, se tiran de los pelos ahora por no haberle traído aquí a Alemania.

—¿El futbolista vive a veces en una nube?

—Es verdad que al futbolista, por todo lo que le rodea, parece que estamos en una especie de burbuja. Se ve en muchos jugadores. Hay algunos que lo llevan mejor y otros, peor. Por eso hay que cuando llega el final notan ese vacío y esa falta de protagonismo. Yo intento ser lo más prudente y real posible.

—Como veterano habrá dado más de un capón a algún joven…

—Capones no, pero siempre llamas la atención si se da más importancia o porque se vea más en la prensa cambia su actitud en los entrenamientos. En la vida personal no nos podemos meter, pero en el tema futbolístico, si ves que no tiene el mismo hambre hay que decir: “Esto no es llegar y besar el santo”. Aunque en la sociedad se nota a veces que la juventud está más pasota, cuando a los veteranos nos ha tocado dar algún toque siempre se han puesto las pilas.

—Con 40 años, ¿se aprende todavía sin jugar?

—Sí, porque lo pasas regular con el idioma, pero te llevas un montón de aprendizajes y cómo es otro fútbol que no es el nuestro.