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Barcelona

Sandro Rosell no avaló y eso ayudó en su pasada dimisión

El curso pasado el Barça tuvo unos beneficios de 32 millones, situación que propició que al iniciarse la nueva temporada los miembros del equipo directivo no tuviesen que avalar.

Rosell decidió abandonar de manera irrevocable la presidencia del Barcelona.
Carlos Mira

Hoy hace una semana, Josep María Bartomeu atendía a los medios como nuevo presidente del Barcelona. Su compañero en la Facultad y amigo de juventud, Sandro Rosell, había decidido abandonar el cargo de presidente el día anterior alegando “motivos personales”. No fue sencillo tomar la decisión, pero las cuentas del club presentadas en la última asamblea de socios y compromisarios jugaron del lado del ya expresidente. El equipo entonces liderado por Rosell anunció el pasado mes de julio (luego fue ratificado en la asamblea) unos beneficios de 32 millones de euros del último ejercicio, situación que propició que al iniciarse la nueva temporada los miembros del equipo directivo no tuviesen que avalar. Aunque parezca una tontería, eso ayudó de manera directa a Rosell a poder salir de un día para otro del despacho presidencial; no tuvo que rendir cuentas más allá que por todo de lo que se le acusa en el Caso Neymar, que no es poco.

La cantidad. Cuando una Junta toma posesión por primera vez (el caso de la actual en junio de 2010) debe avalar el 15 por ciento del presupuesto de gastos. En el caso del Barcelona esa partida es de 500 millones de euros. Dividiendo entre la nómina de directivos y Rosell (ahora son 18 personas que comandan el club más Bartomeu), por sentarse en la sala de Juntas cada uno de sus ocupantes debía avalar con patrimonio personal (alguno lo hizo con el familiar) algo más de tres millones de euros.

Para el futuro la situación está controlada. Si Bartomeu puede cumplir su mandato hasta 2016 (cada día recibe más presiones para que convoque elecciones), al ser una junta continuista no deberían presentar aval, mientras que de ese grupo de directivos no saliesen varias candidaturas.

Rosell sigue fuera de combate. Pasó unos días en Londres desconectado de todo, aunque poco a poco irá volviendo a la normalidad. Su gestión económica le valió liberarse de avalar y eso le valió para poder abandonar tranquilamente.