Athletic - Real Madrid
San Mamés se carga de razones para tener el máximo optimismo
El estado físico y anímico es envidiable, juegan ya de memoria en sus triangulaciones en medio campo y entradas por las bandas, y se ha recuperado la voracidad de Aduriz.
San Mamés ha perdido la imbatibilidad, pero no la fe en el Athletic con mejor pinta en mucho tiempo. La primera derrota en doce partidos oficiales en el nuevo campo se ha tomado como una anécdota. Afición, futbolistas y cuerpo técnico saben que la acción de Diego Costa en el 1-2 no se daría en un partido igualado, sin volcarse con todo hacia la remontada. Y queda para recordar el aluvión de ocasiones de la primera parte, el sometimiento a un Atlético que no las había pasado tan canutas en tiempo.
Hay razones para el optimismo: el estado físico y anímico de los futbolistas es envidiable, juegan ya de memoria en sus triangulaciones en medio campo y entradas por las bandas, y se ha recuperado la voracidad de Aduriz, con tres goles en una semana.
En Bilbao se maldice al permisivo Mateu Lahoz, que concedió el empate a uno de manera irregular, y los comportamientos de los Diegos, Costa y Simeone. Del Real Madrid, en realidad, se empieza a hablar hoy. Señal de que no asusta demasiado.
Habrá lleno sin aficionados del Real Madrid en las gradas
La afición rojiblanca ha respondido de manera sensacional a la jornada de pago ante el Real Madrid y apenas quedan entradas a la venta para los nuevos socios. Y es que nadie se quiere perder el primer clásico del nuevo campo, con el añadido de la trascendencia que tiene el choque para ambos equipos. Si el cuadro de Ancelotti sigue peleando por el liderato, el Athletic aspira a mantenerse en la cuarta plaza y si es posible, aumentar su ventaja en la pelea por la Champions, ya que por ejemplo la Real Sociedad tiene una complicada visita al Vicente Calderón. Así que salvo que aficionados del club rojiblanco cedan su carnet a simpatizantes del Real Madrid, el equipo que encabeza Cristiano Ronaldo estará sin apoyo en la grada. Si restan entradas al público, que no tienen pinta de salir a la venta, sus precios irían de 40 a 140 euros.