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BETIS 1 - OSASUNA 2

Osasuna gana en Heliópolis y deja al Betis al filo del abismo

Roberto Torres y Jordi Figueras (p.p.) pusieron a los rojillos 0-2 ante un Betis con diez por roja a Nono. Andrés fue expulsado, Rubén falló un penalti y el gol de Molina no bastó.

Osasuna gana en Heliópolis y deja al Betis al filo del abismo
Jose Manuel VidalEFE
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Osasuna ganó en el Villamarín y afronta la segunda vuelta con la esperanza numérica de los 21 puntos, mientras hunde un poco más al Betis en el abismo, pues los verdiblancos recibirán al Real Madrid al próximo sábado a siete nada menos de la salvación.

Baptistao no es suficiente para el descompuesto equipo de Garrido, colista en uno de los peores momentos de su historia. El delantero del Atlético (así de necesitado andaba y anda ahora más este Betis) fue titular apenas 24 horas después de haber pisado el Villamarín por primera vez como verdiblanco. Los minutos dieron la razón al entrenador valenciano, pues fue el hispano-brasileño el que despertó el mayor número de 'uy' de la grada en la primera parte, mientras Osasuna se agazapaba bien en defensa tras un gol de Roberto Torres muy tempranero. Su cabezazo entró en la red bética apenas traspasado el minuto, y recordaba en el Villamarín lo ya ocurrido hace dos dos semanas contra el Almería.

Los rojillos alternaban contras peligrosas por la banda de Damiá mientras Baptistao, con poca compañía, lo intentaba de todas las maneras posibles. Ocho tiros nada menos de Leo en 45 minutos, algunos de ellos tras esos famosos y elegantes esláloms que provocaron su traspaso millonario del Rayo al Calderón. El mejor, una vaselina preciosa que puso de verdad a prueba a Andrés Fernández. Los destellos de Baptistao daban esperanza a la grada, pero la expulsión de Nono, en el 38, mató casi del todo esa ilusión.

Garrido quemó las naves en la segunda parte y colocó a Jordi para jugar con tres centrales. Baptistao tuvo otra en boca de gol, pero el central catalán acabó de apuntillar al Betis, literalmente. Primero le hizo un penalti a Riera que Teixeira no vio o no quiso ver, e instantes espués metió en propia puerta un centro de Damiá en el que ni siquiera parecía forzado, con absoluta torpeza (0-2, 52').

Un desastre que, milagrosamente, pudo tener algo de remedio poco después, cuando Andrés Fernández derribaba a Rubén Castro en el área. El penalti conllevaba expulsión y, parecía, iba a resucitar al Betis. Pero Murphy tiene casi siempre la última palabra en Heliópolis. Rubén mandó el balón desde los 11 metros a la cruceta para desesperación local.

En ese larguero se quedaron la moral, las ambiciones y casi la permanencia bética, y eso que Molina, a 10 minutos de final, era capaz de rescatar algo de esperanza en una combinación con Chuli (1-2, 80). Baptistao, fundido y con calambres, había salido ya del campo aplaudido. No hubo para mucho más. Ese gol y la buena actuación del nuevo fichaje fue lo único rescatable en una muerte anunciada del Betis a la que, posiblemente, Leo haya llegado ya demasiado tarde.