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Uno de los héroes del doblete del 98

Pantic: “Daría todo por jugar otra vez contra el Barcelona”

El serbio, que entrena ahora al Bakú de Azerbaiyán, revivió sus partidos ante el Barça. Su gol de cabeza en la final de Copa, que luego se convirtió en doblete con el título de Liga.

Pantic.
Pantic. Rafa Aparicio

-Otra vez está entre nosotros...

-Sí, pero no por mucho tiempo, pues el dos de febrero comienza la competición en Azerbayán. La Liga en este país la juegan diez equipos y se disputa a cuatro vueltas. Luego, también está la Copa. Ahora toca prepararnos bien la segunda parte del campeonato.

-Ahora se van de concentración a Marbella...

-Sí, nos vamos al sur de España, a hacer un buen trabajo para afrontar el campeonato. Queremos jugar algunos partidos y adquirir experiencia europea para saber dónde estamos.

-Entrena al Baku y, ¿cuál sería el nivel de este país?

-El fútbol es fútbol en todos los lados y nuestra Liga es dura, no es fácil para nadie. Se equivoca la gente que pueda pensar que en Azerbayán no saben ni andar. Este país, por ejemplo, empató a un gol con Rusia. Tiene jugadores que pueden ser interesantes, es una nación nueva y necesita tiempo para crecer futbolísticamente. Desde el primer momento he intentado cambiar algunas cosas.

-Lleva seis meses allí y ¿qué es lo que más le ha sorprendido?

-Podría escribir un libro y seguro que sería un best-seller. He pasado los seis meses más duros y difíciles de mi vida, pero estoy contento. Pero me fui adquiriendo una responsabilidad y nadie apostó por mí como entrenador tan fuerte como lo hicieron ellos. Miguel Ángel Gil me dijo que me fuera y él no se equivoca nunca. Estoy viviendo una experiencia preciosa, muy dura, eso sí.

-El idioma, supongo, habrá sido una gran barrera...

-No, problemas de idioma no he tenido. No quiero ser presuntuoso, pero hablo varios idiomas. Al ser un país exsoviético hablan ruso y y yo estuve ocho años estudiando ruso. También es verdad que tengo un traductor a mi disposición. Hablamos muchas lenguas, entre ellas castellano, pues tengo algún español.

-¿De cuántas nacionalidades tiene jugadores?

-Tengo serbios, macedonios, eslovenos, un chipriota y con él hablo griego....

-Dicen que Baku es una ciudad bonita...

-Es una ciudad preciosa. Va a crecer muy rápido, dentro de diez años será el nuevo Dubái. El principal problema es el viento, y si sopla fuerte es como para abrocharse. Y me han dicho que aún no he visto nada de viento.

-La comida...

-Hay de todo. Pero es muy buena. A mi llegada hice unos menús correspondientes a jugadores profesionales. Al principio les costó un poco, pero luego ya no. Todo lo que yo aprendí en el Partizán, luego de mi etapa en Grecia y todo lo mucho que aprendí de mis años en el Atlético lo quiero poner en práctica allí. Mi idea es que el Bakú funcione como el Atlético B al que yo dirigí como entrenador.

-Ya me cuenta que no le ha resultado sencillo...

-Costó, porque no estaban acostumbrados a esto y por eso me creé muchos enemigos. Pero no me importa y prefiero enemigos que falsos amigos. Por eso muchos me odian allí. Pero yo soy ambicioso y tenemos un presidente muy ambicioso, un visionario, una persona que quiere a su equipo en lo más alto del fútbol de Azerbayán. En dos o tres años lo podemos conseguir.

-Usted ya tuvo otra persona así, Jesús Gil...

-Es parecida en cuanto al buen corazón que tienen los dos. Pero Gil tenía mucho más mal genio. Gil también fue muy avanzado a su tiempo, hizo cosas como la publicidad de las camisetas...

-Vuelve y se encuentra al Atlético arriba arriba, en lo alto...

-Hay que reconocer que es el equipo más en forma de Europa. Me alegra sobre todo por la afición, porque se lo merece. Y por Miguel Ángel Gil, puesto que ha acertado y tiene mucho parte de culpa de lo que le pasa al equipo. No me gusta ser pelota de nadie, ni de él ni de Cerezo, pero lo ha hecho bien. Hay que reconocer su trabajo, también es un visionario, ha salido fuera a buscar los recursos que en España no hay, a buscar financiación fuera, ha sido muy listo...

-¿Qué es lo que más destaca de los partidos del Atlético?

-No he seguido mucho los encuentros del Atlético y más después de mi salida del club, que fue un poco dolorosa. No lo he visto mucho, pero me han hablado de un equipo serio, muy competitivo, físicamente muy fuerte. Un equipo incómodo para todos los rivales. El otro día, el entrenador del Valencia, dijo que es muy duro jugar contra el Atlético de Madrid. Ojalá que pueda seguir en esta línea y le acompañe la suerte, pues en el fútbol y en la vida es necesaria. A Simeone le ha acompañado la suerte, aunque también se la buscó.

-Este Atlético es el más fuerte desde el doblete...

-No me gusta hacer comparaciones entre equipos. Creo que es diferente. Nosotros teníamos un equipazo. Sí puede ser igual en lo referente a la unidad del grupo. Nosotros ganamos muchos partidos por la unidad del grupo, por estar juntos, por luchar más que otros muchos equipos. Ese Atlético se dejaba la sangre en el campo.

-¿Le ve aspirante a todos los títulos?

-Sí, en este momento, sí. Ahora mismo, sí. A los tres títulos. Y no lo digo yo, lo dice todo el mundo, gente mucho más preparada que yo.

-Para ganar la Liga tendrá que intentar derrotar al Barcelona...

-Enfrentarse al Barcelona es lo más bonito para mí. Daría mi sangre por jugar aunque fueran diez minutos.

-Es emocionante escucharle...

-Los partidos que más me gustaron fueron contra el Barcelona. Quizá porque yo fui un poco hincha del conjunto azulgrana. El sábado juegan dos de los equipos más en forma, sus dos entrenadores son argentinos, hay plantillas llenas de estrellas y seguro que será un gran espectáculo para los aficionados al fútbol.

-El Calderón estará repleto, como en las grandes noches que usted vivió...

-Yo siempre he dicho que la afición del Atlético es lo mejor que hay. A mí me falta esto en Bakú. A nuestros partidos acuden cien personas. En los grandes partidos, 500, no más de 2.000. Y yo soy de sangre caliente, me gustan los partidos calientes. Nuestra afición es lo que mejor que hay. El que ha estado entrenando al Atlético sabe de lo que estoy hablando. En algunos partidos con el Atlético B yo lo sentí. No sé lo que puede ser sentarse en el banquillo delante de 57.000 personas. Tiene que ser una gozada. Espero algún día poder comprobarlo. A corto plazo en el Atlético no podrá ser.

-Pero a largo plazo quién sabe...

-A largo plazo no se sabe lo que puede pasar en la vida. Quiero hacerme un nombre como entrenador y me da igual dónde sea, en Rusia, en Turquía... Quiero trabajar y progresar como entrenador.

-¿Me da un resultado para el sábado?

-No lo sé.

-¿Firmaría un 2-1?

-Claro, o un 1-0. Firmo cualquier resultado con victoria del Atlético. Pero no me atrevo a decir. Yo pienso siempre en el espectáculo, en que haya muchos goles. En mi época si no habían cinco o seis en los partidos, se anulaban.

-Le recuerdo un momento, una noche del 10 de abril de 1996...

-Fue el momento más precioso de mi vida, el más bonito... Era una jugada que teníamos ensayada muchas veces de los entrenamientos. Y hubo una persona que se metió casi sin querer por ahí y...

-Y ganó la Copa y, con ella, un busto para la historia...

-Espero que esté por algún lado del Calderón. Miranda marcó ante el Real Madrid un gol muy parecido al mío. Yo soy una persona que creo mucho en el destino. El mío fue más complicado, porque Miranda, como defensor, va mucho mejor de cabeza que yo. Pero uno de mis mejores partidos contra el Barcelona fue en la Supercopa de España, en un encuentro jugado en La Peineta. Perdimos el título, pues al Barcelona le dieron un gol en fuera de juego.

-Y el partido copero, en el que marcó cuatro goles y el equipo azulgrana les eliminó...

-¿Qué más se puede pedir en la vida? Le hice nueve goles al Barcelona en tres años en España, cuatro de ellos en un partido. Pedir más sería muy injusto por mi parte. Lo que sí lamento es que llegara a la Liga española con 30 años.

-Puestos a echar marcha atrás pediría haberlo hecho dos o tres años antes...

-Sí, hubiese tenido que llegar un poco antes. Pero todo está escrito en nuestro destino. Y a mí siempre me ha tocado ir por el camino más difícil. Antic me quiso para el Zaragoza, pero el Partizán no me dejó marchar. Tuve que venir muchos años después tras haber jugado en Grecia. Para mí el camino siempre fue más complicado, pero siempre llego.