Pantic: "Koke llegará a ser mejor que yo, es muy bueno"

-¿Cómo ve a Koke?

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—Me alegro mucho por él la verdad. Se lo merece. Es muy bueno y estoy seguro que llegará a ser mejor que yo. Él ha llegado mucho más joven y tiene mucho futuro. Yo llegué al Atlético con 30 años en el final de mi carrera, pero él la tiene toda por delante. Es un ejemplo para todos los canteranos. Se ganó el puesto en silencio. Todos los chicos le pueden tener como espejo.

—¿Se le parece a usted? ¿Cómo le ve sobre el campo?

—Es la mano derecha de Simeone. Cuando yo estaba con Antic tenía el mismo rol. El balón parado es fundamental y Simeone lo sabe.

—Para este Atlético actual la pizarra esta resultando vital…

—Cholo ya vivió con nosotros la importancia de las jugadas a balón parado y sabe de la importancia de tener un buen lanzador como Koke. Se ha encontrado con él y eso es una bendición. Es el deseo de todo entrenador, encontrar un futbolista como yo o Schuster en su época, que teníamos facilidad en los lanzamientos de falta. Yo, como técnico del Bakú, estuve buscando un jugador de esas características, de mis características. Cuando lo encontré y me vi sin él algunos partidos porque estaba lesionado, lo pasamos muy mal. El éxito de balón parado depende del sacador. Sin un lanzador, de nada te sirve tener tres jugadores muy altos y buenos cabeceadores.

—¿Cómo se prepara uno antes de una falta?

—Como tirador hay que pensar donde ponerla, los huecos posibles que puede haber, los fallos en las marcas… No sólo lanzar. En aquel Atlético teníamos a Simeone que medía poco más de 1,70 y siempre remataba. Koke trabaja igual. Tú puedes entrenar mucho, pero en los partidos a mil revoluciones es donde se ve la calidad.

—¿Eso se entrena o es innato?

—Es innato, pero se puede perfeccionar. En mi caso lancé desde niño las faltas de mis equipos. Sé que no es el de Koke. Siempre trabajó en silencio, pero pisó fuerte. Un diez para él.

—¿Ve al Atlético capaz de ganar algún torneo?

—Ahora el Atlético es candidato a los tres títulos. Es favorito, al que todos respetan.

—¿El partido del Barça puede ser decisivo?

—En lo anímico sí. Pero queda mucho. Valen igual estos tres puntos que ante el Getafe o el Elche.

—Para usted eran duelos especiales...

—Siempre. Tuve buenos partidos contra ellos. Me motivaba mucho porque fui hincha de aquel Barça de Cruyff, el Dream Team.

—¿Cómo le va en Bakú?

—Es una experiencia muy bonita, muy dura, pero preciosa. Hay mucho que hacer y peleamos contra equipos más poderoso, pero estamos ahí, cuartos.

—¿Y el idioma?

—Tengo la promesa de aprender el idioma de Azerbaiyán. Pero tengo un traductor de español y además hablo ruso. Lo aprendí en la escuela ocho años. Es un idioma que habla una parte de la población.