BETIS 2 - LLEIDA 2
El Betis ya espera al Athletic o al Celta tras sufrir ante el Lleida
Tras el 1-2 de la ida, el equipo de Garrido encarriló la eliminatoria con un 2-0 (Paulao y Amaya) pero su rival, un 2ªB, empató el encuentro y estuvo a un solo tanto de clasificarse.
Pasó el Betis a dieciseisavos de la Copa del Rey, pero lo hizo pidiendo la hora ante Lleida dignísimo que se sobrepuso a la desventaja inicial del 1-2 y también a dos goles tempraneros de los verdiblancos y empató el encuentro para soñar durante 35 minutos de eliminatoria en los que un tanto le hubiera dado la clasificación. El resultado no empaña las pésimas sensaciones, igual de malas o peores que las de San Sebastián, que dejan los verdiblancos de cara al vital encuentro con el que cierran el año el sábado ante un rival directo en la lucha por la permanencia, el Almería. El Villamarín despidió el encuentro con una pitada que no fue más sonora porque apenas si se superaban los 10.000 espectadores, producto de la hora y del desencanto que andan produciendo los verdiblancos en su hinchada esta campaña.
El Betis siempre fue tan así, tan Betis, que ni en tardes supuestamente apacibles puede evitar algún sinsabor, cierta sensación de sobresalto inherente a su centenaria esencia. Esta vez, el susto gordísimo se lo dio un débil Lleida que había parecido llegar a Sevilla aún más derrotado de lo que terminó en la ida, donde a pesar de jugar con 10 todo casi todo el partido dio la cara hasta el 1-2 final.
Quizá para amarrar el presente y evitar más líos, para afrontar con una sonrisa la finalísima liguera del sábado ante el Almería, Juan Carlos Garrido decidió tirar de un once que bien podría denominarse 'titular' y aunque fuera ante una cenicienta, éste funcionaba. Dos goles en los primeros 10 minutos, unido a otro puñado de llegadas claras, hacían a la media hora la grada respirara con una sonrisa, sólo torcida por la lesión de Amaya, que tuvo que dejar su puesto en el centro de la defensa a Dídac.
Pero el Betis no cerraba el marcador porque se siguen fallando muchos goles, se siguió ayer a pesar de que la delantera bética era ocupada por una hasta hace poco pareja infalible, Molina y Rubén. El alcoyano sigue aportando su cuota de goles (marcó en San Sebastián) pero el canario no aparece después de cuatro meses lesionado. Sin él se multiplica la falta de pólvora, problemón verdiblanco de esta temporada.
Otro de los problemones está en la portería, lugar que ocupan ahora en el Betis dos recién llegados que no acaban de convencer, sino todo lo contrario: empiezan a confirmar que no dan la talla. Ayer volvía a la meta Guillermo Sara y lo hizo 'tragándose' una falta lateral de Monforte (2-1, 38'). Otro error grueso del argentino, y van...
El gol animó a los ilerdenses para buscar la meta contraria, Osado estuvo a punto de rematar un balón en el cajón del nueve, y le quitó la alegría a una grada bética que despedía la primera parte con más pitos que aplausos. Preludio de lo que vendría después...
Y lo que vino fue otro gol ilerdense, de Mata (2-2, 55'), para poner al Lleida a un solo tanto del milagro. La tragedia, que tiene sede permanente en Heliópolis, se mascó durante los minutos siguientes aunque Garrido intentara agitar a su equipo con los cambios, sin demasiadas consecuencias en ataque. A falta de 10 minutos Bosch (el ilerdense, no el administrador judicial bético) ponía a prueba a Sara y los corazones de la grada, a los que el 2-2 final y la clasificación tampoco tranquiliza ni un poquito: este Betis, ahora con Garrido, tiene cada día que pasa una pinta peor.