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MUNDIAL DE CLUBES

El Guangzhou chino sueña; el Bayern de Pep, espera

"De 100 partido perderemos 99, pero ¿y si el que ganamos es la semifinal?”. La frase la pronunció Lippi para afrontar el partido del Mundial de Clubes.

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Los jugadores del Guangzhou celebran su victoria ante el Al Ahly.
REUTERS

‘Be the best forever’. Así reza el ribete del escudo del Guangzhou Evergrande, un multimillonario equipo chino edificado a base de millones procedente de la ciudad de Cantón. Con los ceros en su cuenta corriente como condena, Marcello Lippi armó un ilusionante conjunto de figuras poco conocidas, pero que a la postre se sienten capacitadas para seguir sumando ilusiones, tras conquistar el campeonato local y la Champions asiática. Y claro, Pep Guardiola no se fía. La derrota de la semana pasada en el Allianz ante el City (2-3) en Champions le vendrá de lujo. El entrenador catalán, que no se cansa de advertir a sus jugadores de la dificultad de mantener la intensidad y la entrega, ha estado repitiendo, de manera pública y privada, colectiva e individual, que para vencer hay que sufrir y que para ser el mejor equipo del mundo deberán apretar tuercas en Agadir y Marrakech.

“De 100 partido perderemos 99, pero ¿y si el que ganamos es la semifinal?”. La frase la pronunció Lippi, sabio en este tipo de situaciones y consciente de que la campanada es posible. Para tratar de sorprender al Bayern, los chinos tendrán a su tridente de oro. Entre los tres posiblemente no sepan ni saludar en cantonés, pero se les contrató para llevar el orgullo de Guangzhou a lo más alto. Dario Conca hizo un gol. El segundo. El partido lo abrió Elkeson, un tipo irritante para los defensas que supo entender sus limitaciones para triunfar en Europa y que supo encontrar un sitio en China donde arrasa. A los dos anteriores los maneja Muriki, ídolo de masas en el colectivo de Lippi.

Calma. Guardiola respeta, pero sabe que yendo la cosa bien, su equipo no tiene rival. Ni en el Mundialito, ni en la Bundesliga y posiblemente en la Champions. Y para él eso es el reto. Con la duda de Javi Martínez y la baja segura de Bastian Schweinsteiger, los bávaros hace días que sienten el aliento de su hinchada por las calles de Agadir, ciudad costera atlántica que vive con pasión la llegada del Mundial de Clubes.

“No hay duda de que somos los dos grandes favoritos al título junto con el Atlético Mineiro, aunque nosotros quizá estemos un escalón por encima”, aseguró Lahm, el hombre orquesta de Guardiola hace unos días. “Somos favoritos, pero debemos ir con cuidado”, repitió Ribéry, candidato a ganar su quinto título de la temporada, aunque para algunos eso no sea suficiente como para conquistar el Balón de Oro.