El Atlético regala al Zenit la clasificación para octavos

Con sus seis tristes puntos (menos que muchos eliminados), el Zenit estará en el bombo de los octavos por segunda vez en su historia. En Viena rozó el ridículo, pero el Atlético le hizo los deberes en Madrid y los rusos no tienen que lamentar ningún desastre. Al Zenit le valía empatar (o que no ganase el Oporto) y cayó 3-1 ante un Austria de Viena que se despidió con un partido muy digno y una victoria más que merecida.

El Zenit saltó al campo, por tanto, con el as en la manga de que el Oporto no ganase y eso restó mucha tensión al duelo de Viena. Es una manera de intentar justificar al Zenit, a quien le falta mucho fútbol a pesar de tener jugadores de primer nivel. Sólo los latigazos de Hulk le ponen picante a los de San Petersburgo, que se postulan como uno de los caramelos del sorteo del lunes.

Del mismo Hulk nació el 0-1 en el 35', unos minutos después de que el juez de línea se lo anulase a Kerzhakov por un claro de juego. El brasileño metió un pase al hueco, Ortlechner se resbaló al salir al cruce y Kerzhakov se plantó ante Lindner para driblarle y marcar. El gol terminó de acomodar al Zenit y el Austria igualó antes del descanso. Hosiner hizo una pared en la frontal del área con Stankovic y chutó cruzado con la diestra.

Tras el descanso siguió dominando el animoso Austria y castigó rápidamente la indolencia del Zenit. En el 48', Suttner subió la banza izquierda, llegó a línea de fondo y asistió a Jun para que empujara e hiciera el 2-1. Tres minutos después, Mader lanzó desde lejos, Lodygin dejó su rechace en boca de gol y Hosiner, adelantándose a un pasota Hubocan, no perdonó.

El partido estaba sentenciado sobre el césped y el meollo se centraba en la grada, donde la policía cargó contra los hinchas del Zenit. Los rusos intentaron maquillar el resultado con tiros de Kerzhakov y Witsel, pero el Austria amarró una victoria que se trabajó, la primera de su historia en el torneo, y que acabó en goledada con el cuarto de Kienast a la contra. Pasó con una pobre imagen el Zenit, pero la afición local lo celebró como si fueran ellos mismos los que pasaban a octavos...