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VIKTORIA PLZEN 2 - CSKA 1

Un gol de Wágner clasifica al Viktoria para la Europa League

Los checos consiguen 'in extremis' seguir vivos en competición europea, dejando último de grupo al CSKA. Musa adelantó a los rusos, pero Kolar y Wágner dieron la vuelta.

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Un gol de Wágner clasifica al Viktoria para la Europa League
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La despedida del banquillo de Pavel Vrba fue gloriosa. El Viktoria Plzen doblegó por 2-1 contra todo pronóstico al CSKA de Moscú, el equipo del Ejército ruso, y se clasificó para la Europa League tras un emocionante partido en que los checos remontaron el gol inicial de Musa y lograron su pase en el último minuto gracias a Wágner.

La épica del fútbol resucitó en las botas del futbolista checo y llevó a los rusos a unas vacaciones prematuras con las que no contaban, debido a una falta de actitud impropia para un equipo que se jugaba la vida y que desea triunfar en Europa en el futuro.

Esa actitud no fue espontanea. El conjunto moscovita se plantó en el Struncovy Sady Stadion con las mismas ganas con las que un niño afronta su primer día de clase: apático y dormido. Nota aparte merece su defensa. En la primera media hora de juego concedieron todas las opciones posibles para que el equipo checo hubiese logrado uno o más goles.

Sólo la suerte o un dios bondadoso les ayudó a pasar ese mal trago con la puerta a cero porque Duris por la banda izquierda y Kolan por el centro no encontraban ninguna traba para acercarse una y otra vez a la portería de Akinfeev.

Lo único positivo para los rusos fue el joven Musa. En largo, en profundidad o al pie todos los balones del conjunto ruso iban hacía el nigeriano que desaprovechó, debido a la inocencia ligada a su edad, dos claras opciones de gol en sendos mano a mano contra Kozacik (30 ' y 31') y sufrió un claro penalti no señalado en el 35'. 

La segunda parte tuvo dos nombres propios: Honda y Wàgner. El japonés cambió desde su entrada en el 51' en el campo la concepción del juego ruso. Su presencia y su unión con Dzagoev y con el incombustible Musa en la parte alta del campo dotaron de gran calidad al ataque moscovita. El Plzen, cansado y roto en dos partes, no pudo parar sus llegadas al área. De sus botas nació el primer gol. Centro medido y cuidado desde la izquierda a la cabeza de Musa, que esta vez no perdonó (64'). Aunque Dzagoev quiso darle emoción a un partido que con ese gol parecía ya muerto.

El 10 blanco se autoexpulsó tras el tanto, al realizar una dura entrada en una acción y en una zona sin peligro. Su niñería encumbró a Horvath. El otro diez tiene un guante en el pie y uno de sus centros llegó a la cabeza de Kolar. Su gol metió el miedo en el cuerpo a los de la capital rusa cuando quedaban quince minutos para acabar el encuentro.

Pero aún quedaba el emocionante final. Con el Plzen volcado y el CSKA noqueado de forma incomprensible tras la expulsión y el empate, recibió el gol de Wàgner en el 90'. Un golpeo seco en el área pequeña tras un centro Rajtoral elevó el 2-1 en el marcador y ascendió al delantero checo al Olimpo de los gloriosos y al Viktoria a la Europa League.