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Batalla campal durante el Paranaense-Vasco de Gama

Ambas hinchadas se enfrentaron en las gradas del estadio. El árbitro tuvo que parar el partido y la policía intervenir ante la dureza de los enfrentamientos.

Batalla campal durante el Paranaense-Vasco de Gama

El encuentro que disputaban en la tarde del domingo el Atlético Paranaense y el Vasco de Gama tenía tintes dramáticos en lo futbolístico, ya que una derrota, que produciéndose por 5-1, condenaba a los visitantes al descenso de categoría, pero el fútbol dejó pasó a la tragedia.

Las dos hinchadas se enfrentaron en una batalla campal en las gradas del Arena de Joinville, lo que provocó la suspensión momentánea del partido por parte del arbitro, la salida del campo de los jugadores de ambos equipos y la intervención de las fuerzas de seguridad brasileñas. El encuentro se reanudó después de la intervención de la policía y la evacuación de los heridos.

Las imágenes emitidas por la televisión brasileña mostraron la crudeza del altercado. Hay tres heridos graves por el momento según José Eduardo Dias, médico encargado de la atención dentro del estadio, a los micrófonos de SportvLos heridos son dos hinchas del Vasco y uno del Paranaense, informó la policía.

Un helicóptero de la Policía Militar brasileña tuvo que aterrizar en mitad del campo para trasladar a uno de esos seguidores al hospital de San José. También fueron conducidos al mismo centro médico los otros dos. Sus vidas no corren peligro, según informó el director general del hospital.

En el estadio, según el periódico O'Globo, no había presencia policial en el momento en que se iniciaron los disturbios, sino sólo miembros de una empresa de seguridad privada, que se vieron desbordados.

El incidente causó gran desolación en los jugadores de ambos equipos. Luiz Alberto, exjugador de la Real Sociedad, y actualmente en el equipo local, dijo entre lágrimas: "Hemos pedido que se detengan, y ellos no nos escuchan".

En este mismo tono habló Fagner, lateral Vasco: "Lamentable lo que pasó, espero que no suceda más. Tenemos miedo de la reacción de la multitud".

Estos hechos ocurren a seis meses de la inauguración del Mundial en el país sudamericano (12 de junio de 2014).