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REAL MADRID | ENTREVISTA A JOSÉ LUIS LÓPEZ SERRANO

“Florentino utiliza las giras para hacer negocios para ACS”

José Luis López Serrano dedicó su vida al club. La más importante labor que desarrolló fue la de representación internacional ante los organismos que comenzó con Bernabéu.

José Luis López Serrano.
Jesús Rubio

—¿Cómo llegó al Madrid?

—De chavalín. Era chico de los recados. En octubre de 1959 me hicieron fijo y se estableció el primer Departamento de Prensa y entré ahí, y luego alternaba con Pedro Ferrándiz, como mánager general, y con Paco Améscua, la dirección de la Sección de Baloncesto con la representación internacional del club, porque hablaba varios idiomas. Tuve la gran fortuna de tener como jefes a personajes clave: Raimundo Saporta, Antonio Calderón y Agustín Domínguez. No llegué a cumplir los 50 años trabajados por cinco meses.

—¿Por qué salió?

—El día que cumplí los 65 años de edad se presentó en mi despacho el director de Recursos Humanos con otra persona que daba fe de que me estaba echando y me tuve que ir. Si hubiera cumplido esos cinco meses más, el jefe de prensa de la UEFA tenía previsto sacar un artículo: “El decano representante de clubes en la UEFA cumple 50 años en el Real Madrid”. Era bonito. Se lo comenté a Jorge Valdano, mi responsable directo, y se tomó interés, pero supongo que el presidente le dijo que no.

—¿Por qué le sobraba a Florentino una persona de tanta experiencia como usted?

—No sé. Viendo que podía ocurrir, hablé con Valdano para decirle que me podía mantener de alguna manera un par de años más, con el fin de transmitir mis años de experiencia. Es vital tener buenas relaciones con la Federación Española, la UEFA, la FIFA, la FIBA y todos los clubes. Ahora son las mínimas exigidas. Han sido casi 50 años en contacto con gente fundamental que mueve los resortes del fútbol.

—¿Había más empleados antiguos en su situación?

—Sí. Bernabéu, a principios de los años sesenta, vio que de las 32 personas que trabajábamos en la administración del club había 18 que se dejaban la vida por un sueldo normalito. Y nos mandó una carta para reconocérnoslo. Ahora hay casi 50 directores con un altísimo sueldo. Y mire, gracias a Bernabéu fuimos el mejor club del siglo XX...

—¿Qué decía Bernabéu en aquella carta?

—Que si nos manteníamos trabajando en el club los últimos 25 años de nuestra vida laboral nos pagaría un sueldo vitalicio.

—¿Cuántas de esas personas estaban en el club cuando Florentino le echó?

—De las 18, sólo cuatro. Floren-timo, como le llama mucha gente, nos echó a los cuatro sin darnos opción a negociar.

—¿Floren-timo?

—Así le llaman en muchos círculos. Supongo que por las relaciones que tenía, vía sus empresas, con un tal Cándido Méndez, organizó una falsificación de datos en el Comité de Empresa y se metieron, ignoro por qué, con nosotros.

—¿Quiénes eran los otros?

—Samuel Valverde, jefe de socios; Alberto García Collado, que era el jefe del Departamento de Fútbol cuando se jubiló, y José Luis Robledo, que estaba como jefe de compras.

—¿Amañó al Comité?

—Fue muy sencillo. UGT metió unos abogados en el club, hicieron un trabajo de sondeo y prepararon reuniones del Comité de Empresa, con la colaboración de algún miembro de dicho Comité, que recibió un premio especial y consiguieron cambiar el convenio y eliminaron el derecho que nos había concedido don Santiago y su Junta directiva. A mí, concretamente, en 1963.

—¿Qué le llevó a pensar que fue una maniobra de Florentino con los sindicatos?

—Las votaciones de los trabajadores fueron falsas, con gente que no pertenecía al club.

—¿Y lo de Cándido Méndez?

—Justo después de que este señor de la barba consiguiera lo del cambio del convenio se ofreció un almuerzo oficial al United en el restaurante Jockey, con motivo de un partido de Champions. Yo me ocupaba de montar la mesa, pero la secretaria de Florentino me dijo: “Déjame estos dos sitios libres”. Cuando estábamos en plena comida oficial, entró Cándido Méndez con un acompañante. Los directivos ingleses se quedaron muy sorprendidos al verlos adornados con una chapa enorme en la solapa de sus chaquetas que ponía “No a la guerra” (por la guerra de Irak). Recuerdo que estaba sentado junto a Valdano y un directivo del United me preguntó en español: “¿Quiénes son estos señores?”.

—¿Qué le contestó?

—Le pasé la pelota a Valdano y le dijo: “Son dos personajes importantes de los sindicatos españoles”. A lo que el directivo inglés contestó: “¿Y qué pintan aquí los sindicatos?”.

—¿Y qué pintaban?

—Pues eso digo yo. Ni ahí ni en el palco. Todo el mundo sabe quién es Florentino y lo que busca en el Madrid.

—¿Qué busca?

—Tener la entrada libre a cualquier organismo nacional o internacional importante de cualquier país. Es un hombre que juega a todas las barajas. Tiene muy buenas relaciones con todos los partidos políticos españoles, sobre todo con el PP y el PSOE.

—¿Cómo lo hace?

—Enarbolando la bandera del Madrid para que te concedan una reunión con el presidente de cualquier país o con las empresas más importantes. Luego les dice: “Oye, que te puedo traer al equipo para que juegue aquí, que tus hijos o nietos o familiares van a ver a los jugadores”.

—¿Cómo funciona el palco?

—Es más grande que nunca. Y ahí están los personajes más importantes del mundo de la política, de la judicatura, de la administración, de las grandes empresas y de los medios de comunicación. Socios del Madrid, pocos.

—¿Se utiliza para hacer negocios?

—Se aprovecha al máximo para establecer relaciones. Ahora el fútbol tiene la mala suerte de que ya empezaron a llegar gente del mundo de la construcción y otros personajes, el árabe de turno, el indio..., algo que siempre temía don Santiago y que había pronosticado hace mucho.

—¿Y qué me puede decir de las pretemporadas que organiza Florentino?

—Las ha utilizado, las utiliza e imagino que las utilizará.

—¿Para qué?

—Para sus empresas. ACS es una constructora que tiene muchas ramificaciones. Según tengo entendido, no lo puedo asegurar, el actual presidente del Madrid tiene negocios en China, Arabia Saudí, Chile, Perú... ¿Gracias a qué? A ser el presidente del Madrid, club que bajo su mandato ha pasado de ser admirado y respetado a odiado en varios campos de España y en más de uno de Europa.

—¿Ha sido testigo de alguno de esos negocios?

—En esos viajes ha buscado encontrarse con presidentes de gobierno, alcaldes o las más altas autoridades del país. Se organizan almuerzos a los que van los empresarios más importantes. Llevas en tu mano un poder increíble con el Madrid. Cuando se fue en 2006 dejó al club en una situación muy complicada. ¿Por qué dejó la presidencia? Porque observó cierto movimiento contra él en el estadio y decidió no quemar su imagen como ese ser superior que se cree. Luego se dio cuenta de que había perdido su estatus y sufrió mucho.

—¿Ha visto a Florentino influir en altos cargos de empresas para que pidieran el voto del socio para él en las elecciones?

—Lo hizo con el Corte Inglés y con todas las empresas con las que tiene relación.

—¿Cómo se hace eso?

—Se llama a un personaje importante de cada empresa que, a su vez, llama a los gerentes de planta: “Oye, todos los que sean socios del Madrid, que voten a Florentino”. Lo mismo hace con otros sectores del mundo empresarial, cultural, político...

—¿Se preocupa Florentino de tener buena imagen?

—Todo periodista sabe quién es este hombre. Él intenta influir todo lo que puede. Ha amenazado a algún director de periódico e incluso a más de un redactor le han postergado si no le gustaba lo que había escrito sobre él. Así funciona.

—¿Cómo definiría al Florentino que no podemos ver delante de una cámara?

—Intratable, amenazante, soberbio, prepotente. La mayoría de las personas que ahora trabajan en el club, si dijeran la verdad, le explicarían el enrarecido ambiente que se respira en la entidad. El maltrato a su gente, los arrebatos al teléfono... Y me río de esto de que al Madrid se le considere una empresa, porque un equipo de fútbol es todo menos eso.

—¿Está siguiendo Florentino el legado de Bernabéu?

—Más bien ha acabado con él. He conocido bien a don Santiago, que murió dejándole a su señora un millón de pesetas, y también a Florentino. Se parecen como un huevo a una castaña. Bernabéu era un hombre de una humanidad tremenda, aunque tenía un carácter fuerte. Todo el mundo le respetaba.

—¿Y se parecen los modelos?

—En nada. Don Santiago no buscaba negociar con el Madrid. Cuando venía al club, ¡hasta se pagaba su periódico! Tendría que ver usted la que montan ahora en cada partido con el cátering en los descansos y al finalizar los partidos. Algo monstruoso. Hay directivos que reservan mesa para venir a cenar con sus familias a cargo del club, y hasta algunos ni siquiera han asistido al partido.

—¿Qué idea de futuro tiene Florentino para el club?

—Convertirlo en una Sociedad Anónima. No me explico cómo dando beneficios todos los años tienen una deuda de 541 millones. Cuando sea inasumible vendrá la conversión. Estará obligado a ofrecer una acción a cada socio. Si hay unos 90.000, habrá que dividir la deuda entre ellos. ¿Seis mil o diez mil euros por persona? Si de los 90.000 sólo pagan 20.000, el resto de las acciones las dirigirá Florentino, se las quedará o las venderá a grupos de poder. Cambió los estatutos del club para perpetuarse y hacer esto.

—¿Cómo es la relación del presidente con los Ultras Sur?

—Tenían una Entente Cordiale. Pero mire, ¿desde cuándo los ultras van a sacar pancartas contra el capitán del Madrid? Por algún motivo será. La guerra contra Casillas, al que nunca tuvo simpatía, es la última de Florentino. Es el último que queda. El resto que fue contrario al régimen están fuera todos: Raúl, Del Bosque, Hierro, Míchel Salgado, Guti... Todos los que le llevaron la contraria están fuera. A ver qué pasa con Ramos...