Los campeones, tratados como ídolos
“¡Es el partido del siglo!”
Cientos de aficionados al fútbol recibieron con alegría y euforia a la Selección, agradecen la visita de los campeones españoles y dejan al margen todas las cuestiones políticas.
Esto es España! ¿Cómo vamos a recibir a España si esto es España?”. Con mucha vehemencia y emoción contestaba uno de los periodistas que fue a cubrir la llegada de la Selección. Eran las 07:50 horas cuando el vuelo chárter de la expedición española tomó tierra en el aeropuerto de Malabo y allí le esperaban la alcaldesa de la ciudad, María Coloma, y el presidente de la Federación Guineana de Fútbol, Domingo Mituy Edjang, que fueron saludando uno a uno a los integrantes de la Selección.
Más de un centenar de bulliciosos aficionados esperaban detrás de una pequeña valla la llegada del avión. Cuando Casillas y compañía asomaron por la escalerilla se desató la locura y esas varias decenas de aficionados saltaron la valla y se aproximaron a la pista. Algún porrazo se llevaron de la policía para que no avanzaran más. Con sus camisetas del Barça y del Madrid y con banderas de España empezaron a cantar y corear el nombre de Casillas o algo parecido.
Los agentes se volvieron a emplear a fondo cuando los hinchas rodearon a Manolo el del Bombo, el aficionado de La Roja conocido en el mundo entero. “Yo creo que le han confundido con Del Bosque”, comentaba un operario del aeropuerto, que iba de entendido. Pero sabían que era Manolo el del Bombo. El autocar de los jugadores aguantó apenas diez minutos en la pista de aterrizaje, el resto de la expedición estuvo hora y media sobre la pista, pasando las maletas por un escáner portátil instalado en un camión.
En su camino al hotel, los jugadores españoles se encontraron en todas las rotondas con carteles con la foto del presidente de la República de Guinea Ecuatorial. La imagen de Teodoro Obiang iba acompañada de textos firmados por empresas privadas que felicitaban al pueblo por los 45 años de independencia de España, que se cumplió el pasado 12 de octubre. Empresarios españoles acudieron a las ruedas de prensa de Del Bosque para hablar con los enviados especiales, explicarles la ilusión de la gente por este partido y justificar el régimen político que existe en el país. “Hay trece partidos políticos”, explicaban. Pero siempre gana el de Obiang.
La política. La imagen de Obiang se ve por toda la ciudad, en televisión no paran de hablar de él, de agradecerle sus logros y su mano ha llegado hasta el partido Guinea Ecuatorial-España. El presidente ha ofrecido a sus jugadores cinco millones de euros a repartir si consiguen ganar a España. Y al que marque, cincuenta mil euros.
La ley de Prensa vigente en Guinea no permite a los periodistas guineanos ser de un club, pero sí les deja ser de su selección, por supuesto. Todos los periodistas hablan del partido del siglo y de la gran alegría que ha dado al pueblo la visita de los campeones del mundo, aunque los puntillosos reprochaban que reservara el equipo de los que ganaron el Mundial para el martes en el Soccer City de Johannesburgo.
El entrenamiento de España fue otra muestra más de admiración de los locales. 12.000 aficionados acudieron al estadio. Los nombres de Casillas e Iniesta fueron los más coreados. Las banderas de España y el Real Madrid llenaban las gradas. Al término de la sesión, Sergio Ramos lanzó su camiseta y dos aficionados casi se pegan por ellas y fueron retenidos por la policía.