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ITALIA | ROMA 1 - CHIEVO 0

Décima victoria del Roma: el mejor inicio de la historia

Una genialidad de Florenzi y el gol de Borriello desarbolan al Chievo y dan a los romanistas el pleno de victorias en 10 jornadas, algo inaudito en la Serie A.

Florenzi y Strootman celebran el gol de la Roma.
Florenzi y Strootman celebran el gol de la Roma. FILIPPO MONTEFORTEAFP

Roma contra Chievo. Líder contra colista en el Olímpico de Roma. A priori, la casilla de la quiniela estaba clara. Pero los de Verona se esforzaron en frustrar el pleno de los que apostaron por la normalidad. Con una defensa muy seria agobiaron al Roma, que se vio impotente durante más de una hora de juego. Hasta que Florenzi sacó la chistera y le dio a Borriello el gol del récord. El Roma se mantiene líder y puede presumir de ser el único equipo en la historia de la Serie A que firma el pleno de victorias en las 10 primeras jornadas de liga (24 goles a favor y uno en contra).

Associazione Esportiva Roma
A.C. Chievo Verona

Con el récord en la mente y el aliento de Juventus y Nápoles en la nuca, el Roma saltó al césped. Mientras la euforia del liderato recorría las gradas, en el terreno de juego los de Rudi García se vieron obligados a guardar los pinceles y sacar las brochas. Tocaba noche de trabajo. El Chievo estaba empeñado en conseguir algo de casa del líder y su plan estaba claro: juntar líneas y agobiar al Roma. Funcionó. Los romanistas tenían la posesión, pero cada pase, cada movimiento y cada desmarque eran una lucha contra los jugadores rivales que, por el despliegue físico, parecían multiplicarse. La primera parte no fue fructífera para el Roma, que dominó sin crear verdadero peligro. Pjanic se puso a los mandos y Strootman y Marquinho lo intentaron, sin claridad. Las ausencias de Totti y Gervinho (lesionados) y Maicon (sancionado) recordaron al Roma que era vulnerable, como todos los demás.

Parecía que tras el descanso el Roma quiso meterle al partido un punto extra de velocidad, pero esa intención pronto quedó en nada y los de Rudi García se vieron envueltos en el mismo remolino que la primera parte: jugadas una y otra vez desarboladas por la correcta defensa del Chievo. Viendo que sus jugadores estaban atascados, García sacó la pizarra y empezó el vaivén de cambios. Como ante el Udinese la pasada jornada, fue uno de los jugadores de refresco el que desarticuló a los rivales, que más que futbolistas parecían guardaespaldas del balón. En el minuto 67, el Roma dejó su primer destello de magia de la noche. Fue obra de Florenzi, que se escurrió entre dos contrarios en el área y colgó un balón a la cabeza de Borriello, que mandó el balón a las mallas.

A los de Verona se les había roto el esquema. Ante su manifiesta debilidad en ataque, su baza era sacar un punto de Roma apelando a una defensa férrea. Ahora que el marcador estaba inclinado a favor de los locales, el asaltar el Olímpico se antojaba casi utópico. Aún así, la grada aún tuvo que soportar sustos. El más claro llegó en el minuto 74, pero el clamoroso penalti que pedían los de Verona se quedó en nada por un anterior fuera de juego. A partir de ahí, fueron los locales los únicos que pudieron seguir sumando por medio de Ljajic y otra vez Borriello. Al final, un gol fue suficiente para certificar el logro del Roma, que consigue el récord histórico de 10 victorias en las 10 primeras jornadas de liga. Y quizá más importante: deja a Nápoles y Juventus a cinco puntos de distancia.