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ALEMANIA | LEVERKUSEN 1 - BAYERN 1

Un Bayern sobrado de pólvora y falto de pegada se coloca líder

A los de Guardiola les sobran ocasiones para marcar, pero la falta de puntería les impide llevarse los tres puntos. El Leverkusen apuesta por defender y salir al contragolpe.

Ribéry y Bender durante el partido.
Ribéry y Bender durante el partido. FEDERICO GAMBARINIEFE

Franck Ribéry es el invitado a la fiesta anual de Cristiano Ronaldo y Messi por el título de mejor jugador del planeta. El francés está viviendo una etapa dorada y el último en sufrirle ha sido el Bayer Leverkusen. Ribéry es la princiopal baza de ataque de un Bayern rendido a la velocidad y a las bandas. Y no es para menos cuando cada uno contra uno acaba con un defensor desbordado. Hyppia tuvo que ponerle dos hombres encima para minimizar sus efectos. A pesar de la tremenda superioridad inicial de los de Guardiola, el Leverkusen aguantó el chaparrón y pudo dar la machada con un contragolpe en la última jugada. Al final, tablas y el Bayern líder en solitario de la Bundesliga.

Fussball Club Bayern München
Turn und Sportverein Bayer 04 Leverkusen

Cuando empezó el partido, el Bayern decidió quedarse a vivir en el área del Leverkusen. Y los locales tuvieron que permitirlo durante la primera media hora. La velocidad con la que saltaron al campo los de Guardiola fue demasiado para los de Hyppia, que hacían lo que podían para parar las continuas internadas por las bandas y para que el invitado más indeseado, Frank Ribéry, dejase de llamar a la puerta. Aguantaron media hora, hasta que una mala defensa sobre el francés propició un balón atrás para Kroos. Llegó desde la segunda línea y marcó un golazo.

Bastante tenía el Leverkusen con defender como para verse también impotente en ataque. Cada recuperación era una batalla por pasar del mediocampo. La férrea presión del Bayern impedía cualquier movimiento y solo con las contras podían divisar a Neuer.

En la antesala al gol de Kroos parecía claro que el tanto llegaría. Müller, jugando de falso nueve, no paraba de intimidar a la defensa. En cambio, la diana del Leverkusen ni se atisbaba. Pero en el fútbol un segundo puede cambiar el sino de un partido. Y mientras el Bayern aún celebraba el gol de Kroos, llegó la igualada. Era la primera oportunidad de los locales y Sam, a puerta vacía tras una mala salida de Neuer, puso el empate y dio vida a los suyos cuando se atisbaba una goleada. Los de Guardiola acusaron el golpe: seguían atacando con todo, aunque la velocidad y la presión eran más livianas. 

La velocidad del Bayern solo volvió a aparecer en los contragolpes, un verdadero punzón. El resto del partido el Bayern siguió marcando territorio, insistente. Tratando de buscar tres puntos que parecían en la mochila. Pero los de Guardiola perdonaron demasiado: Müller, Shaqiri, Ribéry,… tuvieron claras oportunidades que acabaron fuera del campo o en las manos de Leno.

Al Leverkusen le costó encontrar su baza, pero cuando la tuvo clara al Bayern le temblaron las piernas. Los contragolpes. El Bayern es un equipo que se vuelca al ataque y presiona fuerte, pero a medida que esa presión se diluye se abren huecos en la muralla muniquesa. La única posibilidad era derribarla de un golpe. Rápìdo, directo, que acabase en la red en un abrir y cerrar de ojos. Una táctica opuesta a la del Bayern, más de resquebrajar. Hoy no llegaron a demoler.

En el último minuto, tras dos oportunidades clarísimas de Götze (salvó Leno) y Schweinsteiger (sacó Donati bajo palos), el Leverkusen tuvo la última contra. Acabó fuera y el Bayern respiró desde lo más alto de la tabla.