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SEVILLA - FRIBURGO

Un clínic de Rakitic y una jugada de anuncio de Jairo

El croata llevó el mando del equipo hispalense. Perotti marcó de penalti tras el descanso y Bacca sentenció en el descuento tras una gran jugada de Jairo.

Perotti celebra el gol del Sevilla.
Perotti celebra el gol del Sevilla.Toni RodriguezDiario As

Gris oscuro casi negro hasta el minuto 63, al Sevilla le encendió la luz, otra vez, Ivan Rakitic. El croata, más que imprescindible ahora mismo para Emery, se inventó donde no había un pase milimétrico a Carlos Bacca, hábil para forzar el penalti y la expulsión de Diagné. La conexión la cerró Perotti con el 1-0 que encarriló el segundo triunfo de grupo ante un Friburgo esquelético, más simple aún que este dubitativo Sevilla.

En ocasiones, otras no, es conveniente escuchar a los jugadores. Rakitic, del que siempre se ha alabado su irrupción por sorpresa en el área, ha dicho a todos sus entrenadores desde que llegó a Nervión que quiere jugar más atrás, ver el fútbol de cara. Ante el Friburgo retrasó tanto su posición que en ocasiones jugó metido entre los centrales, como un líbero de toda la vida. Desde ahí gobernó el partido, exhibió toque, se animó cuando fue necesario al ataque y terminó por arreglarle la tarde europea a su equipo.

Emery asume públicamente que no le sobra nada. En su plan inicial, con algunos suplentes eso sí, pasó por alto la circulación de balón y simplificó el juego de su equipo todo lo que pudo. Subidas de los laterales, Diogo (buen partido) y Alberto, pero sobre todo balón a Rakitic y desplazamiento de este a los desmarques de Jairo y Bacca. La consigna, evitar pérdidas en el centro.

Lo más sorprendente del inicio, sin embargo, estuvo en el banquillo. Marin, en un gesto que parece ya algo más que una rotación, fue suplente. El Sevilla fue muy básico pero tuvo tres ocasiones claras antes del descanso: Jairo (salvó Baumann), Bacca y Trochowski, que no se quitó de la cabeza los fantasmas de Anoeta y quiso resolver con una osada vaselina con la pierna izquierda que se quedó en manos del portero alemán. Lo mejor que enseñó el Friburgo, tan bien posicionado como vulgar, fue a su delantero Hanke, con una carrera larga en la Bundesliga y que al menos se movió con sentido. Pocas veces estuvo tan justificado un 0-0 al descanso.

Marin apareció en el campo en el minuto 55. Es un jugador que genera controversia por su individualismo, pero también desequilibrio. Visto lo visto, el Sevilla no puede permitirse el lujo de tenerlo con el banquillo. Casualidad o no, dos minutos después de su aparición llegó la jugada decisiva con el envío de Rakitic. Eso sí, el protagonista de ahí al final no fue Marin, sino Jairo, que cerró con una arrancada espectacular un partido que estaba roto desde la expulsión de Diagné. Pero mejor que su jugada, para no perdérsela, fue su detalle de regalarle el gol a Bacca. Un detalle de futbolista grande para poner en las escuelas de fútbol como ejemplo de compañerismo que borró minutos y minutos de mediocridad. Firme en Europa, seis victorias consecutivas, el Sevilla es líder y avista los dieciseisavos.