Marko Marin, en observación

Con cinco victorias en cinco partidos desde que empezó la gymkhana de previas en julio y ocho precedentes sin derrota ante equipos alemanes en el Sánchez Pizjuán (con el recordado gol de Puerta al Schalke en la cabeza), los números hacen pensar que el Sevilla consolidará esta tarde en Nervión ante el Friburgo (108 en el ranking UEFA) su victoria en Estoril en la primera jornada.

En Europa sí marcha el Sevilla, que recibe a un rival deprimido y penúltimo en la Bundesliga que no se parece nada a la revelación que el año pasado alcanzó el quinto puesto a lomos de su líder, un entrenador con tics tan extravagantes como Jurgen Klopp. Christian Streich, elegido técnico del año la temporada pasada pese al triplete de Heynkes, va al estadio en bicicleta los días de entrenamiento y partido aunque eso nos es una rareza. Vive a 300 metros del estadio. “Lo de Streich es increíble pero, como lo que yo hice en el Mainz, no le interesa a nadie”, ha llegado a decir en alguna entrevista Klopp, quien curiosamente se enfrentó al Sevilla en competición europea como técnico del Mainz y del Dortmund. Entonces ya era un personaje.

Emery no es Streich ni Klopp, pero también tiene sus cosas. El martes se llevó a su plantilla de ejercicios militares a un paint-ball. Allí se desahogaron todos, incluso él que todavía tiene unos cuantos asuntos por solucionar. El primer punto del orden del día esta tarde en Nervión será el examen a Marko Marin, que vive en un tobogán incontrolado de halagos y críticas. Espectacular ante el Estoril, disperso y errático en Valencia o suplente en Anoeta, nadie es capaz de definir muy bien su status en el equipo. Empeñado en jugar de mediapunta, nadie sabe si alcanzará la condición de jugador franquicia del equipo o de gambeteador que anime los partidos. Está en observación.

De momento, el líder es Ivan Rakitic, que podría no entrar en las rotaciones de Emery porque el planteamiento del Sevilla es encarrilar la clasificación esta noche con una victoria ante un Friburgo que ha perdido pasión y estrella. Varas, providencial en Estoril, mantiene la titularidad en competición europea. El Sevilla, que recupera a Fazio en defensa, no se pondrá el traje de contragolpeador como en Anoeta. Estará obligado a llevar el volante del partido y necesita gol. De Gameiro, de Carlos Bacca o de Trochowski, que se debe una ronda desde Anoeta.

Marin disfrutó del paint-ball antes de exponerse al ‘fuego’ del pizjuán

Unai Emery ha pedido paciencia para Marko Marin, del que ha dicho que como cada jugador tiene altos y bajos. Pero el caso del alemán resulta singular. Elevado a la categoría de estrella en verano, cuando destacó en la fase previa, ahora aparecen dudas sobre él cuando de lo que parece tratarse es de aprovechar sus características futbolísticas. Ofrece desequilibrio porque es un buen driblador pero sus largas conducciones, con irregular lectura del juego, genera desequilibrios en defensa. Más allá de debates, es un jugador aprovechable así que el trabajo de Emery es optimizar sus características. Hoy recupera la titularidad para intentar mantenerla el domingo ante el Almería.