Real Madrid - Copenhague
Vitamina Copenhague en Champions para días de crisis
Gareth Bale será baja en el equipo blanco esta noche (20:45 C+ Liga de Campeones) por una recaída de sus molestias musculares. Cristiano está en racha y es la gran baza blanca.
Cuatro días después del derbi, Ancelotti negó que los jugadores le “exigieran” una reunión (tal vez la solicitaron, la pidieron o la imploraron) y calificó como un “asunto privado” su cena con el presidente y el director general del club. También aclaró que Florentino es la persona más importante del Real Madrid (ni Herrerín ni Butragueño). No hay crisis, por tanto. Y quien pronuncie la palabra maldita sólo tiene ganas de enredar. Por cierto, Bale se entrenó en el gimnasio y no entró en la lista para jugar contra el Copenhague. Sufre molestias musculares en el muslo izquierdo, el caro.
Prohibida la palabra crisis (perdón de nuevo), diremos que el Madrid vive una coyuntura de cambios críticos con resultado de incertidumbre. Por lo observado en la Liga, el equipo tiene problemas de juego que el entrenador relacionó ayer con la “actitud y el espíritu”, no con la pizarra. En caso de que tenga razón (mucho suponer), Ancelotti no encontrará mejor rival para recuperar el ánimo que el modesto FC Copenhague, penúltimo clasificado de la liga danesa (el pasado sábado perdió en casa contra el Brondby) y sin más argumento que su empate contra la Juve en la primera jornada de Champions (1-1).
Pistas. Después de las últimas reuniones y conciliábulos, la alineación de hoy adquiere una relevancia especial. De algún modo nos indicará cómo está el reparto de fuerzas y confianzas. La titularidad de Casillas no ofrece debate porque es decisión de Ancelotti para tener un millón de amigos. Cristiano es el otro jugador sin discusión. A partir de ellos se inaugura el curso de traducción e interpretación. Si juegan Carvajal, Varane, Marcelo, Illarra, Modric, Di María e Isco se estará haciendo coincidir el equipo con los gustos del Bernabéu que, entre sus manías, gusta de ver a los mejores sobre el campo. El dilema, más que nunca, es Benzema o Morata. El estadio reclama al canterano, pero el capital defiende al francés. La previsión de que el delantero que juegue esta noche consiga varios goles nos hace apostar por el capital. Benzema marcará, será perdonado y el mundo volverá a ser feliz. Otro escenario no se contempla, por miedo al vértigo.
Los seis goles en Estambul (tres de Cristiano, con siete tiros entre palos) minimizan todavía más la humilde presencia del FC Copenhague, club fundado en 1992, el año que Dinamarca ganó la Eurocopa, como fusión del KB (1876) y el Boldklubben 1903. Uno de sus lemas fundaciones es “practicar fútbol atractivo y positivo”. Añadan que Copenhague es la ciudad donde mejor se vive del mundo (según Traveler) y entenderán la cándida felicidad de los jugadores visitantes.
El triunfo del Madrid vale más que tres puntos: significa paz y tiempo. Eso es precisamente lo que necesita Bale después de un verano sin pretemporada y un otoño de ansiedades. Fútbol y terapia. Por eso se peleará hoy.