La ilusión del Elche se topa hoy con Isco y Cristiano Ronaldo

El tópico nos dice que para Elche será una fiesta. Pero no es totalmente cierto. La fiesta fue ascender a Primera casi un cuarto de siglo después, reubicarse en el mapa del fútbol, adornar balcones y escaparates con colores blancos y verdes. Lo de hoy es un desafío. Tras cinco jornadas, el Elche acumula dos derrotas (Rayo y Osasuna) y tres empates (Real, Almería y Valladolid). Ningún triunfo. La fiesta, la continuación de la que comenzó en mayo, será puntuar contra el Madrid y escalar una montaña tan alta como la del ascenso. Volver a subir.

Para el Real Madrid es la tercera salida en Liga. En Granada venció con apuros (0-1) y en Villarreal, ante otro recién ascendido, empató con exhibición de Diego López (2-2). Está advertido, pues. Una noche más le negarán los espacios y le pelearán cada hexágono de balón (valga la imagen nostálgica). De nuevo le atronarán los oídos.

Todo lo expuesto es poco obstáculo en comparación con lo que le favorece. Además del talento (cuestión fundamental), el visitante se verá ayudado por las dimensiones del campo (108x70), más grande que el Bernabéu (105x68). Ese extra de metros cuadrados se traducirá en más hierba para correr y nadie corre tan rápido como el Madrid. Faltará Bale (reservado para el derbi), pero estarán Cristiano y Di María, galgos de canódromo. Tampoco se lo perderá Isco, ocurrencias de Zidane en el cuerpo de Romario. Si les parece poco, en el banco tendrán a Iker y Varane.

Escribá, pese a todo, dice conocer la fórmula de la victoria: "Ser nosotros mismos y que ellos no sean lo que son". La frase incluye dos premisas de complicación progresiva. Delata, eso sí, la valentía de un equipo que fue campeón de Segunda y reúne a notables futbolistas: Botía, Albácar, Coro, Rubén Pérez, el colombiano Carlos Sánchez (La Roca) o el ghanés Boakye, cedido por la Juve.

Verde. Y luego está lo de la franja verde, esa distinción que ideó en 1926 el técnico austrohúngaro Anton Fivébr. Esa raya es esperanza, pintura de guerra y hoja de ruta: ser el Elche de antes para que el Madrid no sea el de siempre. Hay saltos mortales con menos riesgo.