CHAMPIONS JUVENIL | GALATASARAY 1 - REAL MADRID 1
Poco premio para el Madrid
El equipo de Ramis fue muy superior al Galtasaray, pero falló en el remate. Marcó Narváez. Soberbio partido de Marcos Llorente, hijo de Paco Llorente. Fue la figura del duelo.
El equipo juvenil del Real Madrid se estrenó en la Champions League con un empate en Estambul, que no hizo justicia al gran encuentro realizado por el equipo de Ramis y al que sólo la gran actuación del meta local y el poco acierto de cara a gol le privaron de la victoria.
El Madrid salió al césped (artificial) del Avcilar Belediye Stadium muy bien plantado y dispuesto a llevar el peso del encuentro. Desde el principio, adelantó mucho las líneas y presionó casi a la perfección al Galatasaray, que encontraba muchísimas complicaciones para acercarse al área madridista.
Por contra, las aproximaciones del Madrid eran constantes. Los dos extremos blancos, Carlos Capmartin y Agoney González, así como el lateral derecho Fran Rodríguez, se convirtieron en auténticas pesadillas para la defensa del Galatasaray. Sin embargo, el dominio blanco no encontraba recompensaba y, en el minuto 14, sería el equipo turco el que se adelantaría en el marcador en la única ocasión que tuvo durante la primera parte. Una faltada botada desde la izquierda fue perfectamente cabeceada a la escuadra por Tas Huseyim Altug.
El resultado no reflejaba la realidad del juego mostrado por ambos equipos. Pero sólo unos segundos más tarde, Juan José Narváez puso la igualada en el marcador al aprovechar un espectacular pase de Carlos Capmartin. En el minuto 38, Javier Muñoz tuvo la mejor ocasión para desnivelar la balanza, pero su vaselina fue despejada sobre la línea por Tosun Emre.
La segunda parte siguió con el mismo guión. El Madrid continuó siendo dueño del partido, pero con menos intensidad que en el primer tiempo. En el minuto 62, Agoney González tuvo una gran ocasión para adelantar a su equipo, pero su remate se encontró con la pierna salvadora del meta Cipe Ismail. Esa ocasión fallada fue lo que propició que sólo tres minutos más tarde volviera a quedarse sólo ante el portero turco, pero en vez de rematar a puerta asistió a Álvaro Jiménez, que acababa de salir al campo en lugar de Carlos Capmartin. Al final la acción quedó en nada. A medida que fueron pasando los minutos, el cansancio empezó a hacer mella en los juveniles madridistas y el Galatasaray tuvo mucha más presencia en el área de David Oliveros.
Una mención aparte en esta crónica merece Marcos Llorente, hijo de Paco Llorente, llamado a ser futbolista de Primera División muchos años. La única duda es saber si lo hará con la camiseta del Madrid. Ayer dio toda una lección de lo que debe ser un mediocentro: mandó, templó, recuperó, ordenó... Hasta se permitió el lujo de meter una diagonal con la zurda desde 40 metros que levantó el murmullo de la ruidosa afición turca. En fin, que el Madrid tiene un centrocampista que vale su peso en oro. Por ponerle alguna pega, debería evitar algunos aspavientos que afean su brillante trabajo.
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