—Para un portero este no es un partido cualquiera, ¿no? —Es especial. No se puede negar que es una motivación extra jugar contra los mejores del mundo y el Madrid tiene a muchos de ellos. Para un portero no es un partido cualquiera, ya que son equipos con mucha pegada y tendré trabajo.—Y para usted es volver a jugar grandes partidos... —Vine aquí para intentar jugar y disputar partidos importantes y éste lo es. —¿Es su premio a la constancia? —He pasado por momentos complicados, tuve lesiones, dejé de jugar y pasó mucho tiempo. Eso es duro. Pero he luchado y ahora estoy aquí: con ganas de ayudar y pelear.—¿Es muy dura la portería? —La portería es muy jodida, lo del Iker es una demostración de ello. Se hace duro verlo sentado en el banquillo, sabiendo quién es y lo que ha logrado.—¿Lo estará pasando mal? —Sin duda, porque en la portería o juegas, o no lo haces. No hay 20 minutos en la segunda parte...—Usted sabe bien de lo que habla... —Yo he vivido esa situación de estar jugando y de dejar de hacerlo de golpe. No es fácil. Al final lo afrontas de la mejor manera posible, es decir, no bajando los brazos y seguir peleando a la espera de una oportunidad. Y en este caso creo que Iker hará eso. Después de tantos años defendiendo la portería del Madrid, dejar de jugar es un golpe duro.—¿Pensaba que eso le podría llegar a pasar? —Todo el mundo esperaba que con la llegada del nuevo entrenador jugaría Iker y se acabaría todo lo del año pasado. Pero los entrenadores deciden y juega Diego López. Seguro que se lo habrá ganado en cada entrenamiento y si está ahí es por eso. Pero Iker es el mejor portero de la historia para mí. Eso hace que sea una situación difícil.—¿Qué pasará? —Es una etapa complicada para Iker, pero nadie duda que volverá a demostrar lo buen portero que es. Va a trabajar a muerte y volveremos a verlo al máximo nivel.—¿Cómo llega el Villarreal? —Estamos jugando con confianza. Tenemos mucha ilusión y la idea de que podemos ponerles en problemas. Somos peligrosos y con ambición.