Tras vencer a Austria por un contundente 3-0, Alemania buscará hoy una nueva victoria en las Islas Feroes para dejar el billete hacia Brasil casi resuelto. A pesar de las bajas de Schweinsteiger, Gündogan y Götze, por lesión, a las que se sumó la de Reus por una gastroenteritis, el seleccionador Joachim Löw dejó muy claro que el principal enemigo no será el rival, numero 174 del ránking FIFA que aún no ganó un partido en las eliminatorias, sino el clima de las Feroe. "Afrontaremos el partido como siempre, con seriedad, pero para llevarnos los tres puntos tendremos que adaptarnos ante todo al clima, al terreno de juego y al viento", reconoció Löw.

Una de las alegrías frente a Austria fue que el seleccionador pudo solucionar sus problemas en defensa y Neuer logró mantener su portería a cero. Para que eso no cambie, volverá a alinear a Boateng y Mertesacker en el eje de la zaga, una pareja que parece ser su solución definitiva de cara al Mundial. A Hummels no le quedará otra que volver a sentarse en el banquillo, asunto que ha causado mucha polémica en Alemania.

En la medular, Khedira volverá a ser el músculo y la llegada, con mucha libertad con Löw, mientras que Kroos llevará el timón. De ahí en adelante, Müller, Özil y Draxler, una mediapunta en la que se mezclan el trabajo y gol del del Bayern, la calidad del jugador gunner y el descaro y juventud del jugador del Schalke.

Sin embargo, las miradas de los teutones se centrarán una vez más en la delantera, en concreto en Miroslav Klose. Su gol número 68 con la Mannschaft frente a Austria le sirvió para igualar el récord de Torpedo Müller, y esta tarde puede convertirse, por fin, en el máximo goleador de la historia alemana.