Lyon 0 - Real Sociedad 2
Griezmann y Seferovic le dan medio billete a la Real Sociedad
Un gol del frances y otro del suizo, ambos de bella factura, sirvieron a los de Arrasate para imponerse en Lyon y afrontar la vuelta con altas opciones de clasificación.
A veces los partidos se sueñan y el de la Real en Lyon era uno de ellos. El conjunto txuri-urdin dio un paso de gigante para estar en la fase de grupos de la Champions a base de buen fútbol y dos goles que pasaran a la historia del club, cada cual mejor, cada cual más a la altura de tan digna competición. Y no llegaron de casualidad.
Cada vez que atacaba la Real hacía daño. La buena presión en mediocampo le permitía robar balones que se convertían en directos ataques a la yugular de su rival. Recuperar y salir. Así es como respiraba el conjunto txuri-urdin, menos presionado por el glamour del escenario que el propio conjunto local.
En el primer mordisco, Vela se topó con el palo. Fue un aviso. Al siguiente, como imaginan los niños, como imaginó Griezmann cuando con 13 años fue rechazado por el Lyon por su baja estatura, el francés se elevó entre todos para culminar de chilena una fantástica jugada cocinada por Zurutuza y Vela. Un golazo de Champions, un grito con el que dejar bien claro que la Real quiere estar entre los mejores del Contiente.
El plan de Arrasate tenía recompensa, aunque quedaba un desierto por delante que recorrer. Grenier estaba bien taponado por Markel y tan sólo Gourcuff encontró un resquicio por el que sorprender a Bravo. El chileno, inconmensurable, apareció para meter un guante decisivo. No había síntomas de preocupación excesivos más allá de las jugadas a balón parada y, por si acaso, el suizo Seferovic se encargó de disipar cualquier duda con una bomba en forma de zurdazo que se coló en la escuadra cuando más lo necesitaba su equipo.
La Real conquistaba Lyon, su afición lo paladeaba, pero faltaba más de media hora por delante para trabajar y sufrir. Un remate al poste de Gonalons en un córner fue la mejor muestra. Arrasate entendió que la mejor arma para salir victorioso era, más que nunca, cuidar el mediocampo y aprovechar los espacios. Metió a Granero, que debutó como realista, y poco antes reubicó a Vela como único punta. El mexicano se inventó la jugada que le costó la segunda amarilla a Bisevac y el miedo se apoderó de Gerland. La Real que esta noche por allí pasó es de Champions, aunque queda un partido para corroborar ese sueño.