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VALLADOLID 1 - ATHLETIC 2

Los goles de Susaeta y Muniain dan lustre al estreno de Valverde

Susaeta adelantó al Athletic con un buen gol, empató Ebert y Muniain decidió en la segunda parte al marcar tras un error de Valiente.

ValladolidActualizado a
Los goles de Susaeta y Muniain dan lustre al estreno de Valverde
R. GARCIAEFE

El Athletic de Bilbao de Valverde comenzó la Liga con una victoria (1-2) en el José Zorrilla cimentada en la mayor pegada de sus jugadores y en el control sobre el partido que tuvieron los bilbaínos desde el centro del campo con el triángulo formado por Beñat, Iturraspe y Herrera, que se impusieron con comodidad e impidieron la circulación de balón pretendida por los de Juan Ignacio.

La pelea por mandar en el centro del campo comenzó igualada, pero con el paso de los minutos fueron los rojiblancos los que se llevaban todos los rechaces, los que poseían más el esférico. Además, Valverde se sabía bien el libreto del entrenador contrario y ordenaba una presión asfixiante sobre la salida del balón blanquivioleta, en la que parece estar prohibido dar un pelotazo. Y eso, que sería muy elogiado en otros equipos, en el Valladolid es un suicidio. Los vallisoletanos perdieron muchos balones en zonas peligrosas, pero los bilbaínos no lo aprovecharon. Además, en zona de ataque Óscar no participó demasiado. Sólo una vez lo hizo para dar el pase del empate de Ebert, que marcó con facilidad, tras una bonita jugada de los atacantes pucelanos.

Antes había marcado Susaeta. Es curioso lo del extremo derecho. Ha anotado en los tres últimos partidos que ha jugado en Zorrilla. Lo hizo en sendos empates a dos en las campañas 2009-10 y 2012-12 y lo volvió a hacer ayer tras una larga jugada a la salida de un córner trufado con un pase genial de Beñat. El fichaje más mediático del conjunto vizcaíno fue de menos a más en el partido. Su pase a Susaeta fue medio gol, pero su trascendencia fue mayor en la segunda parte cuando se hizo el mariscal del ataque de los suyos para llevar a los de Valverde a la victoria. Ordenó, robó y tocó con mucho estilo, como si no le costará nada. Muniain se aprovechó de un horrible despeje de Valiente, que se fue al palo, para marcar el gol de la victoria nada más comenzar la segunda parte y ahí se acabó el partido. Porque el Valladolid quiso, pero no pudo. Buscó la portería de Iraizoz, pero pocas veces encontró vías de agua para llegar a él. Sólo Guerra fue capaz de poner en aprietos al meta rojiblanco, pero éste embolso con facilidad. De esta manera, el nuevo proyecto bilbaíno nace con la tranquilidad de los tres puntos, mientras que en el Valladolid pueden aparecer las primeras dudas.