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AMISTOSO ITALIA-ARGENTINA

Italia-Argentina en homenaje

El delantero argentino Leo Messi se mostró "orgulloso" de haber podido estar con su Santidad: "Ha sido una jornada especial e inolvidable", comentó el '10'.

Italia-Argentina en homenaje

Primero definieron al primer gol de Maradona a los ingleses en México 86 como la mano de Dios. Luego, que Carlos Bianchi tenía el móvil de Dios en el Boca multicampeón de Palermo y Riquelme que puso de rodillas al Real Madrid en Japón. Sin embargo, el fútbol argentino nunca estuvo tan cerca de Dios como ayer, cuando los jugadores de la selección albiceleste fueron recibidos por el Papa Francisco en el Vaticano. "Les pido que vivan el deporte como un do de Dios. Es una responsabilidad. Queridos jugadores, con su modo de comportarse tanto en el campo como fuera de él, en la vida, son un referente. Ustedes son ejemplo. Con su conducta, con su juego, con sus valores, hacen bien. Aunque no se den cuenta, para tantas personas que los miran con admiración, son un modelo: para bien o para mal. Sean consciente de eso. Y den ejemplo de lealtad, respeto y altruismo. Ustedes también son artífices del entendimiento y de la paz social", solicitó el Papa más futbolero de la historia.

El encuentro se llevó a cabo en la Sala Clementina del Palazzo Apostólico del Vaticano, en donde estuvieron presentes Messi y toda la plantilla argentina, el entrenador Alejandro Sabella y su cuerpo de colaboradores, el doctor Carlos Bilardo, el presidente de la AFA, Julio Grondona, y una delegación interminable de directivos de distintos clubes de la Argentina. Además de todos los componentes de la selección de Italia, con quienes se enfrentarán esta noche en un amisto en Roma. En pleno salón del Siglo XVI, entre mármoles y frescos renacentistas, el mediodía juntó al Papa y al Messias rosarino. Primero habló Giancarlo Abate, por la Federación Italiana. Luego, Grondona, por la Asociación del Fútbol Argentino, quien le pidió una bendición al fútbol argentino para que se termine la violencia en los estadios. Y finalmente, el balón cayó bajo la bota (o sotana) de Francisco.“Tengo presente que íbamos en familia al Gasómetro y volvíamos felices a casa, mamá, papá y yo, sobre todo durante la campaña del 46. A ver si ustedes se animan a hacer un gol como el de Pontoni”, dijo con una sonrisa el Sumo Pontífice recordando su fanatismo por San Lorenzo de Almagro, el club de sus amores. Y de inmedito, les bajó un mensaje contundente y realista a los jugadores: “Ustedes tienen una responsabilidad social. En el fútbol no debe haber lugar para el individualismo y sí para cosas como belleza, gratitud y camaradería. No deben abandonarse nunca. Hay que ser amateurs”, destacó.

Tras el final, el Papa Francisco, fiel a su costumbre, pidió que recen por él y bendijo un árbol de olivo que, de manera simbólica, será plantado esta noche en el estadio Olímpico de Roma. "Tengo confianza en todo el bien que podrán hacer entre la muchachada", se despidió ante la emoción de los futbolistas presentes. "Fue una experiencia única. Pudimos acercarnos y saludarlo. Luego, como había mucha gente, se desbordó todo un poco. No tuvimos la oportunidad de conversar, pero fueron muy lindas sus palabras", admitió Lionel Messi tras el encuentro. "Fue muy especial. Poder estar junto al Papa es inolvidable y muy esperado. Traje algunas cosas para bendecir que luego pondré en mi casa y en lo de mis familiares. Sus palabras son para escuchar y reflexionar", agregó el portero Sergio Romero.

En el Vaticano, el Papa y Messi dejaron claro que Dios fue más argentino que nunca.