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COPA CONFEDERACIONES | NIGERIA-ESPAÑA

Manifestantes bloquean un acceso al estadio de Fortaleza

Unos 250 manifestantes bloquearon temporalmente una de las vías de acceso al estadio Castelao, donde se enfrentan las selecciones de España y Nigeria.

Manifestantes en Brasil
WILSON DIASEFE

Unos 250 manifestantes bloquearon temporalmente hoy una de las vías de acceso al estadio Castelao de la ciudad brasileña de Fortaleza, donde se enfrentan las selecciones de España y Nigeria en la Copa Confederaciones, para protestar por las altas inversiones del Gobierno en el Mundial de 2014.

La protesta, una de las muchas por mejores servicios públicos que sacuden Brasil desde hace dos semanas, interrumpió el tránsito de vehículos por la avenida Alberto Craveiro, una de las principales vías de acceso al estadio de Castelao, cuando faltaba una hora para el inicio del partido. Los aficionados, sin embargo, tuvieron pocos problemas para acceder al campo debido a que la policía desvió el tránsito por otras vías y a que la mayoría de los espectadores prefirió llegar temprano para evitar problemas.

La protesta a unos 2,5 kilómetros del Castelao fue convocada para criticar las costosas inversiones y los posibles desvíos de recursos públicos en la construcción de los estadios que la FIFA exigió a Brasil como sede del Mundial de 2014 y de la Copa Confederaciones, que comenzó hace una semana.

Los manifestantes taponaron la vía durante cerca de media hora, pero se abstuvieron de avanzar hacia el estadio al cerrarles el paso la policía y se dirigieron hacia el aeropuerto internacional de Fortaleza, donde causaron retenciones entre los pasajeros que se dirigían a la terminal aérea. Además de Fortaleza, para este sábado también hay manifestaciones programadas en Río de Janeiro, Ribeirao Preto, Porto Alegre y Brasilia.

Pese a que perdieron intensidad desde el jueves, cuando movilizaron a cerca de 1,2 millones de brasileños en un centenar de ciudades, las manifestaciones, apoyadas por el 75 % de los brasileños según una encuesta divulgada el sábado, prosiguen en las calles.

Ni la invitación al diálogo y a un pacto nacional para mejorar los servicios públicos hecha por la presidenta Dilma Rousseff el pasado viernes, ni la reducción de las tarifas de transporte público en las mayores ciudades, que era la reivindicación inicial de los manifestantes, han convencido a los brasileños a deponer su actitud.

Las protestas comenzaron la semana pasada en Sao Paulo contra la subida de las tarifas de transporte público y recogieron luego otras reivindicaciones, como mayores inversiones en la salud y la educación públicas y críticas por la corrupción y los elevados gastos del Gobierno para organizar eventos como el Mundial de fútbol de 2014.