San Mamés ya está empezando a desaparecer bajo la piqueta

San Mamés ya no está sólo pellizcado por los aficionados fetichistas que se llevaron trozos de su piel de hormigón. Ayer por la mañana comenzaron los trabajos para derruir La Catedral, ante la atenta mirada de cientos de curiosos. Una gigantesca grúa, curiosamente con el nombre de Lezama, se proyectó amenazante a las 11:00 horas y, a modo de tijera, empezó a arrancar las placas metálicas situadas encima de las taquillas del estadio, entre el Fondo Norte y la Tribuna Este. El rincón que ha soportado un hormiguero incesante de seguidores estos dos años, era ayer la estampa de la desolación. En poco tiempo, el sector noroeste del estadio quedó despejado. Quedó el videomarcador. Ese es el espacio escogido para la entrada y salida de maquinaria y camiones.

Los curiosos que se acercaron al lugar pudieron ver, por primera vez desde la clausura del pasado miércoles, las entrañas del campo, desmantelado de sillas en el anillo superior y con el césped levantado. Toneladas de tierra se agolpan sobre la antigua alfombra en la que hasta hace nada corrían los Iraola, De Marcos, Herrera y compañía. El siguiente objetivo es la Tribuna Principal.

Previamente se ha retirado el material que se aprovechará en el nuevo estadio. El orden de trabajo contempla a partir de ahora la retirada del fibrocemento, el desmontaje de las vigas de la cubierta y la demolición de las distintas tribunas, para acabar con la Este, la más alejada del nuevo campo que se está construyendo en los aledaños. Estas labores de demolición concluirán a finales de agosto. El Athletic iniciará la próxima Liga en Anoeta.