ESPANYOL
El Espanyol involuciona
El equipo se desinfla y el club se estanc. Desarraigo entre los seguidore. El 'efecto Cornellà' se esfuma. El derbi fue la peor entrada en Cornellà.
Se cumplían ayer 13 años del Mestallazo, de la primera Copa conquistada por el Espanyol en seis décadas, con goles de Raúl Tamudo y de Sergio González, ante el Atlético de Madrid. Una soberbia tentación de caer en la consideración de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero lo cierto es que, una vez alcanzado el épico reto de la permanencia -el mayor éxito de esta temporada, que no es poco, reside ver desde el sofá la lucha de otros por eludir el descenso-, el Espanyol recae en los males endémicos de siempre.
Tras el auge que supuso el aterrizaje en Cornellà-El Prat, hoy se vive la eterna involución, que afecta a todos los estamentos. El club y el equipo deben determinar un rumbo hacia el que dirigirse. Un camino que vuelva a encandilar a una afición que se ha ido desencantando paulatinamente. El Espanyol cumplirá 20 temporadas seguidas en Primera, lo cual es un logro. Pero su obligación es plantearse si con eso basta.
Deportivamente, los pericos están a punto de protagonizar una Liga capicúa. Comenzaron, con Mauricio Pochettino, al mando, sumando únicamente un punto de los 18 primeros. Y pueden concluir con idénticos guarismos si el sábado pierden en Vigo ante un Celta obligado a ganar. La actual nefasta racha se originó en cuanto los jugadores de Javier Aguirre aseguraron la permanencia, tras haber acumulado eso sí 34 de 57 puntos. Una vuelta espectacular, como en anteriores campañas, y otra mediocre. Un sino que incluso en la plantilla estiman que se debe romper cuanto antes. "Hace falta mayor regularidad, no hacer ni vueltas tan buenas ni tan malas", sentenció Joan Verdú en zona mixta tras el derbi. De la continuidad o no del mediapunta, no en vano, depende en gran medida la ambición (la palabra maldita, junto a Europa) de este Espanyol.
La renovación de Verdú, como la planificación de la plantilla, está supeditada a los recortes que un año más sufrirá el presupuesto deportivo, que se ciñe a 17 millones en la 2013-14. Lleva ocho años el Espanyol sin siquiera sumar 50 puntos, esta vez tampoco será posible y el curso próximo el equipo atesorará menor valor de mercado. Es indicativo que, una temporada más, puedan acabar a menos puntos del descenso que de Europa.
La involución, la ausencia de objetivos, redunda por supuesto en la afición. En el número de socios y en el de espectadores. 27.578 acudieron al derbi del domingo, el peor con diferencia en la breve historia de Cornellà-El Prat. No es para menos: el Espanyol no gana en casa desde el 17 de febrero. El del estadio es otro globo que se pincha. Otra señal del retroceso.