Borussia - Bayern Múnich
El Bayern busca el triunfo para poder enterrar su mal fario
Ya ha perdido cinco finales de Copa de Europa. El año pasado Thomas Müller escribió a todos sus amigos un mensaje al poco de caer injustamente.
Si el Bayern no se alza con el título se empezará a decir que alguien les lanzó un mal de ojo. Lo de los bávaros no llega todavía a la maldición del Benfica, pero si hoy no gana la Champions sería su sexta final perdida (ya cayó en 1982, 1987, 1999, 2010 y 2012). Tres grandes momentos podrían redefinir su pasado reciente si se van de Wembley de vacío.
El gol decisivo del Oporto en 1987 fue un taconazo de Madjer, internacional argelino cuya selección fue eliminada cuando la RFA y Austria decidieron empatar para pasar las dos en el Mundial de España. La final se jugó en Viena. Luego están los fatídicos tres minutos en 1999 que convirtieron al Manchester United en campeón. Durante ese periodo, el presidente de la UEFA, Lennart Johansson, recogió la Copa, decorada con los colores del Bayern, y se metió en el ascensor para ir al césped. Al llegar al terreno de juego, preguntó: "¿Empató el Manchester?". "No", le dijeron. "Ganó". Pero dos años después, y tras derrotar al United en los cuartos de final, ganó la Champions contra el Valencia, la única que ha conseguido con el nuevo formato. Y el año pasado Thomas Müller escribió a todos sus amigos un mensaje al poco de perder injustamente (un poste, un penalti fallado, un gol anulado, a siete minutos del final el Chelsea no había forzado un córner): "No olvidéis nunca este sentimiento de bancarrota". Era, se dijo, el reflejo de la nueva Alemania, que ha mejorado su juego pero no sabe ganar.