Atlético de Madrid
Una lección magistral del Atlético de Madrid en Singapur
El equipo jugó un partidillo amistoso contra 120 niños y ante 3.000 espectadores. Cerezo y Gil Marín le regalaron la camiseta rojiblanca al ministro de Educación del país.
Los hombres de Simeone se citaron en el estadio Jalan Besar, sede del partido amistoso de hoy, y completaron su primer entrenamiento desde el del jueves pasado en el Bernabéu. El estadio se encuentra en una de las zonas más húmedas de Singapur y aunque el termómetro indicase que la temperatura era de 28 grados, Simeone limitó la sesión de trabajo a una hora debido al intenso calor.
Tras el entrenamiento, el cuerpo técnico y los jugadores visitaron el mayor vendedor de coches de lujo de la isla. El dueño del concesionario, el segundo máximo patrocinador del partido amistoso, invitó a los rojiblancos y estos acudieron. El coche que más impresionó a los futbolistas fue un Bugatti Veyron, valorado en aproximadamente dos millones de euros. Ningún jugador desaprovechó la oportunidad de hacerse una foto con él.
Por la tarde, los rojiblancos volvieron a citarse en el estadio, aunque se encontraron con un inconveniente. En Singapur, la agencia estatal de medio ambiente ha instalado un sistema de alerta de peligro de tormentas en cada lugar de interés público. Y, apenas cinco minutos antes de que los hombres de Simeone tenían previsto saltar al césped del Jalan Besar para hacer un clínic con más de 120 niños, la alarma de peligro de rayos se encendió e impidió que los rojiblancos saltaran al césped durante más de una hora.
Cuando la luz roja de la alarma se apagó, los atléticos saltaron al terreno de juego y deleitaron a los 120 niños y a los 3.000 espectadores en las gradas con varias exhibiciones. El primer evento fue un partido de once rojiblancos contra 120 niños (vestidos de blanco). Diego Costa se puso los guantes de portero para los de Simeone y el Mono Burgos defendió, con su tradicional gorra roja, la portería de los niños. Al principio, la marea blanca fue demasiado para los atléticos, que encajaron cuatro goles seguidos.
Después, los rojiblancos consiguieron acercarse en el marcador, con un último gol de Miranda, que celebró el tanto emulando el festejo de su gol de la victoria en la final de Copa. Tras el partidillo, el Atlético jugó con niños de secundaria de barrios marginales a los que Peter Lim apoya con su fundación.
Heng Swee Keat, ministro de Educación del país, recibió una camiseta rojiblanca de manos de Gil Marín y Cerezo. En el estadio siempre sonó música a todo volumen, además de la voz de un speaker que animó al público en todo momento en una jornada que no olvidarán los más de 3.000 presentes.