Guadalajara 3 - Murcia 1
El Deportivo Guadalajara sella su permanencia virtual
La derrota del Murcia, anclado en los puestos de descenso, minimiza sus opciones de salvación. Juanjo, Gaffoor y Álvaro Antón hicieron inútil el tanto de Matilla (3-1).
Deportivamente hablando, el Deportivo Guadalajara ha sellado su merecidísima permanencia, no matemática pero sí de forma virtual, una campaña más en Segunda División a costa de dejar un poco más sin aire al Real Murcia, anclado en los puestos de descenso y cada semana con menos margen de reacción. Una situación, la del peligro clasificatorio de los murcianos, que tras lo visto ayer en la primera mitad no se puede entender desde una perspectiva de potencial de su plantilla, sino más bien por cuestiones extradeportivas. Esas que escapan al peso de la lógica.
Porque recurrir a términos de injusticia en un mundo tan injusto a corto plazo como es el fútbol sería demasiado manido, pero lo cierto es que el equipo murciano no mereció llegar al descanso por detrás en el marcador. Quizá marcado por ese grado apriorístico de mayor intensidad que concede obligatoriamente su necesidad clasificatoria, el cuadro de Onésimo expuso y arriesgó más que un Dépor desconocido en la complacencia, aunque también calmado en el dinamismo del choque. No en vano, el Real Murcia, al ritmo ofensivo del talentoso Matilla, acumuló ocasiones en los primeros veinte minutos (Kike García cabeceó fuera a los veinte segundos un centro de Albiol, mientras que otro cabezazo del ariete de los murcianos en una falta lateral no encontró rematador en el segundo palo), pero fue el equipo alcarreño el que anotó el gol: Juanjo empaló desde la frontal un balón rechazado en una falta botada por Antón en el minuto 23. Era la primera llegada morada en la primera mitad, pero no le hizo falta más para adelantarse en el marcador.
De hecho, ese tanto no cambió el guión del encuentro. El Deportivo se mantuvo solvente en defensa, pero inoperante en ataque, mientras que el Murcia prosiguió con su monólogo ofensivo. Así, Barral se interpuso en un disparo de Saúl y Toribio remató demasiado alto desde fuera del área antes de que la escuadra alcarreña avisara del guión que iba a tener la segunda mitad con un mano a mano que Javi Jiménez abortó contra Álvaro Antón después de una rápida combinación y un magnífico pase en profundidad de Aitor. Una ocasión que supuso una pequeña gota de agua en la inmensidad del mar, ya que de nuevo Kike García, incisivo y peligroso, gozó de otras dos ocasiones (con un disparo escorado que Razak envió a córner y con otro tiro alto tras una soberbia jugada asociativa de los murcianos) antes del descanso. Demasiados suspiros para tan poca recompensa.
Ya en la segunda mitad, de entrada, Carlos Terrazas fue fiel a su filosofía de ‘jugador con tarjeta, jugador a la caseta’ y dejó en los vestuarios a Aitor y Javi Barral, ambos amonestados en los primeros cuarenta y cinco minutos, para dar entrada en la defensa a Espín y Gaffoor. El Dépor, en busca de la sentencia, equilibró la posesión en los primeros minutos, pero fue Nafti, con un disparo alto, el que anticipó el empate murciano: Matilla, tras hacer una pared con Kike García, batió a Razak desde el borde del área con un tiro ajustado al palo en el minuto 52.
Tras el empate, Onésimo buscó más mordiente ofensiva con la entrada de Ruso, pero fue el conjunto alcarreño el que mejoró exponencialmente con la entrada de Jon Erice en la mediapunta y el paso de Vicente a la banda izquierda. De tal modo, el Deportivo Guadalajara se reencontró con su identidad y las ocasiones de Cristian Fernández y César Soriano prologaron el segundo tanto morado: Gaffoor, especialista en marcar ante los murcianos, culminó con un disparo seco otro rechace de la defensa visitante a centro de Antón en el minuto 66.
Con el marcador en contra, el Murcia, que buscó la ofensiva desesperada con la entrada de Sutil por Molinero, naufragó víctima de la ansiedad. Todo lo contrario que el Deportivo Guadalajara, aliviado con espacios para explotar la velocidad de sus bandas y la imaginación de Antón. Así, con el partido roto, el conjunto alcarreño mereció el tercero ante un Murcia impotente que se fue diluyendo con el paso de los minutos sin acercarse a la portería defendida por Razak. Y el Dépor consiguió el tercer tanto, ya en el descuento, cuando Álvaro Antón superó con un tiro cruzado en el mano a mano a Javi Jiménez para mantener una temporada más al equipo alcarreño en Segunda División salvo hecatombe improbable. Una permanencia morada que sí que es de justicia. Ni siquiera la injusticia intrínseca al deporte la puede negar.