Pantic: “La final del año 96 fue mi partido más bonito en el Atlético"

—Es usted el último héroe del Atlético en la Copa.

—Yo fui uno más en aquella gran plantilla. Cada persona tiene su destino escrito y creo que fue eso lo que me hizo llegar al Atlético con 29 años. Era un desconocido y acabé marcando el gol de la final.

—¡Y de cabeza!

—He marcado más de 120 goles como profesional y creo que sólo de cabeza han sido 5 o 6. Aproveché un magnífico centro de Delfí Geli, puse la cabeza y cerré los ojos…

—¿Estando en Panionios podía sólo soñar que su vida iba a cambiar tanto?

—Yo pensaba en sobrevivir en Grecia o quizá salir a Chipre, pero todo a ese nivel. Era consciente de que no podía salir un jugador del fútbol griego para triunfar en una liga como la española. Pero…

—Apareció Antic.

—Yo intenté que Panionios se enterara lo más tarde posible de la oferta del Atlético porque yo venía firmando año a año y justo ese había firmado por dos… Le dije a mi mujer que no quería otro verano en vilo con presión. Y mira. El Atlético tuvo que pagar menos de medio millón de euros. Luego el club madrileño me vendió también a Le Havre, así que fue una gran inversión para ellos.

—Sobre todo por los dos títulos que les dio…

—Fue gracias a Antic. Él me llamó, había trabajado con él en Partizan. Me preguntó y le mandé un vídeo. “Hijo mío, me gustaría que vinieras conmigo”, me dijo. No se me olvidará nunca la despedida en el despacho con el presidente de Panionios. No parábamos de llorar. Y volé a Madrid con bastante miedo…

—¿Por qué?

—Por Jesús Gil y su fama con los entrenadores. El Atlético venía de pelear por no bajar. Llegué a Madrid por la noche. El chófer no hablaba inglés y yo no sabía español. Me llevó a un hotel en una montaña y allí me recibió Antic. “De momento vas a estar solo en la habitación, después vendrá Simeone para ser tu compañero”, me dijo.

—¿El Cholo fue su primer compañero?

—Así fue. Pero aún no había firmado mi contrato. No lo hice hasta después de jugar un amistoso con el Talavera.

—¿Tuvo que pasar una prueba?

—Quiero pensar que no, pero firmé al día siguiente. Mi contrato era el más bajo de toda la plantilla. ¡Y me pusieron una cláusula de 800 millones de pesetas! Quizá si no hubiera sido por aquella cláusula después mi futuro habría sido diferente porque después del doblete un grande me quiso fichar.

—¿Uno al que le marcó muchos goles en un partido?

—Sí, puede ser.

—¿Cuál fue la clave de aquel equipo ganador?

—Antic. Sabía perfectamente lo que quería. Incluso con mi fichaje. Tenía a Penev y a Kiko. Quería a alguien que les alimentara. Antic creó un conjunto con gente como yo o Santi o Molina, que venían tras bajar con el Albacete. Montó un equipo bueno y empezamos poco a poco a ganar. Los partidos pasaban y seguíamos ahí. Pero pesando partido a partido. ¡El año anterior casi se pierde la categoría! El vestuario fue muy humilde.

—¿La Copa sí era un objetivo para el equipo?

—Si le digo la verdad, no lo sé. Yo no hablaba español y al principio no me enteraba de nada. Luego sí, aprendí rápidamente.

—Se habla mucho de la final contra el Barça, pero partido grande fue también la semifinal contra el Valencia en Mestalla.

—Ganamos 3-5. Hice dos goles y remontamos un 2-0 en contra. Hicimos unos primeros 15 minutos espectaculares. Mijatovic estuvo soberbio y se pusieron 2-0. Empaté con dos goles. Y luego hicimos tres seguidos. Creo que con el partido del 5-4 del Camp Nou fue uno de nuestros mejores encuentros. Aquel Valencia estaba liderado por Luis Aragonés y por Mijatovic. Era un equipazo. En la vuelta perdimos 1-2 y nos metimos en la final.

—El Barça en la final. Igual que ahora, ¿el Atlético tampoco era favorito?

—Yo no veo favoritos en una final. Era un gran Barça, con Cruyff en el banquillo y jugadores como Hagi, Guardiola, Prosinecky…

—Jugaban la final con muchos partidos de Liga por delante, donde también se jugaban el título.

—Sí, ganamos la Copa el 10 de abril y después entramos en un bache. No jugábamos tan sueltos, tan alegres como en la primera vuelta. Estábamos más presionados.

—¿Qué recuerda del partido de la final en La Romareda?

—Ha sido el partido más bonito que he jugado en el Atlético. Luego quizá el del Ajax en el Calderón, por el ambiente. Llegar al campo y ver el campo dividido por colores. Se me puso el vello de punta. Luego no fue un partido vistoso. Antes de aquello nunca había jugado una prórroga. Fue muy duro para mí porque Roger me hizo un marcaje al hombre todo el partido. En el gol le engañé, me desmarqué y aproveché eso para cabecear.

—Tras su gol, la apoteosis colchonera.

—Ninguna afición monta una fiesta como la nuestra. Yo nunca tuve gestos gratuitos para ganármela, pero tenía un vínculo especial con ellos. Aún lo tengo. La afición todavía me tiene mucho cariño, me lo gané con esfuerzo.

—Luego llegó el doblete con la Liga, algo que ahora hay muy pocas esperanzas de volver a vivir.

—Quizá es la última vez que la afición ha visto al equipo competir con el Madrid y el Barça. Los presupuestos se han disparado.

—Al año siguiente jugaron la Champions. ¿Cree que la historia del Atlético podría haber cambiado de no fallarse aquel penalti contra el Ajax en cuartos de final?

—Yo había fallado dos penaltis antes y le dije a Antic que no quería tirar más. Me enfadé conmigo. Lo dije en el vestuario y Esnaider se levantó y dijo que los tiraba. Un penalti es una lotería. Mejores jugadores que yo como Baggio, Platini o Zico los han fallado. Esnaider se topó con Van der Saar. Yo le marqué el mío y fue por suerte. Tuvimos muy mala suerte aquel día.

—El Atlético está falto también de suerte frente al Madrid últimamente. ¿Cómo ve la final?

—El Bernabéu se nos da bien en las finales. Mourinho siempre ha preparado bien las finales y el Atlético viene de ganar varias. El equipo ha aprendido a ganar esos partidos, a pesar de cambiar los jugadores. Todo va a depender de los grandes jugadores. De cómo estén ellos. Me refiero a Falcao, a Cristiano, Arda, Özil… Ojalá la afición pueda romper su racha ante el Madrid y festejarlo aquí en Neptuno.